Este fin de semana acudí a ver "Moonrise kingdom", la nueva película de Wes Anderson, un director que con los años ha creado un estilo propio muy reconocible. Todos sus filmes son una especie de cuentos para adultos caracterizados por temas recurrentes: el colorismo, personajes estrafalarios y bizarros, que usan una vestimenta muy característica que llevan durante todo el metraje o la mezcla de humor absurdo y drama. A Anderson le gusta además construir los planos como si fueran viñetas, con una composición llena de pequeños detalles, que refuerza la sensación de cuento de todas sus obras. El cine de este realizador gusta o repele, no admite opiniones muy moderadas y yo me incluyo entre los que le aprecian, habiendo visto casi toda su filmografía ("Academia Rushmore", "Los Tenenbaums", "Life Aquatic", "Viaje a Darjeeling"), a falta tan solo de "Fantástico Mr.Fox".
Ambientada en una isla de la costa de Nueva Inglaterra en el verano de 1965, el filme cuenta la historia de una chica y un chico de doce años (Jared Gilman y Kara Hayward) que se enamoran, hacen un pacto secreto y se escapan a los parajes naturales de la isla para vivir su amor. Cuando varias autoridades intentan perseguirlos, se forma una violenta tormenta en la costa y la comunidad de la pacífica isla se verá trastornada irremediablemente.
En
esta ocasión, el realizador se centra en la historia de amor de dos
preadolescentes, hablando del descubrimiento y la iniciación de los primeros
amores, de dos jóvenes inadaptados que encuentran su mejor refugio en el otro,
la parte que necesitaban. Los dos crean un mundo puro, aparte del resto de las
personas, no corrompido por unos adultos que hace tiempo que perdieron esa
inocencia y viven un presente poco estimulante.
Es
precisamente la trama protagonizada por los chavales la más interesante de la
película, pues consigue interesar más que la de los adultos, en la que
asistimos a la relación de amantes de un guardia de la isla (Bruce Willis) y la
madre de la niña fugada (Frances McDormand), que engaña a su marido (Bill
Murray). Edward Norton y Harvey Keitel tienen también su parte de protagonismo
como dos curiosos boy scouts que mandan en el campamento del niño desaparecido.
De este modo, Anderson tiene un reparto de algunos nombres ilustres, que
cumplen bien su cometido, aunque el gato al agua se lo llevan los dos
protagonistas.
Con
todo ello, nos encontramos ante una película que emociona por momentos y que en
ocasiones se pierde en la habitual rigidez, del predominio de la forma sobre el
fondo de su director, que muchas veces es un pequeño lastre para redondear sus
filmes ("Los Tenenbaums" es mi favorito de todos ellos, me parece el
más logrado). No obstante, resulta muy apetecible y recomendable para que los
que nunca han visto ninguna de las obras de Wes Anderson se inicien en su
particular universo.
Ya me la han recomendado varias personas, habrá que verla entonces... Gracias por la recomendación, ya te contaré.
ResponderEliminarPues espero que os guste. El director tiene un estilo propio que no deja indiferente, pero creo que ésta es su película más accesible para un amplio sector de público
ResponderEliminarPues mira por donde ya tengo peli para esta semana.
ResponderEliminarY si encima dices que para los que no hemos visto ninguna de el es la mejor para iniciarse. Pues genial no?
Seguro que me gusta!
Espero que te guste, ya digo que el estilo de este director no admite medias tintas, pero creo que esta peli es la que más puede gustar a más gente
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