domingo, 31 de mayo de 2015

Elecciones y reacciones

El pasado domingo tuvieron lugar las elecciones municipales y autonómicas en la mayoría de comunidades autónomas (en Galicia, Cataluña y País Vasco fueron solo municipales, pues, al igual que Andalucía, tienen la capacidad de hacerlas en ocasiones diferentes), arrojando resultados no muy positivos para los dos grandes partidos, especialmente para el PP que perdió más de 2 millones de votos respecto a las elecciones de 2011 y la posibilidad de gobernar muchos ayuntamientos y comunidades que regía. La crisis supuso el hundimiento del PSOE de Zapatero y Rubalcaba y la crisis supone la caída de sus sustitutos, por la búsqueda de respuestas en formaciones emergentes como Podemos y Ciudadanos. Ya desde el propio PP han surgido voces discordantes ante la gestión del partido y la idea que han seguido de vender el mundo feliz, donde todo es maravilloso gracias a ellos y no dejan de dar la lata con la recuperación económica mientras mucha gente sigue sin encontrar trabajo y los que tienen la suerte de hacerlo se ven obligados a llorar de alegría por sueldos de 500 ó 600 euros al mes. Está claro que hay gente a la que la crisis no le ha afectado mucho, que no ha conocido el desempleo (si la tasa es del 25 por ciento, hay un 75 por ciento que sí tiene trabajo) y el vacío de no saber cuál será su futuro en estos años. A ellos se dirige el mensaje que busca ser tranquilizador y que pone de mal café a los que se consideran engañados por las mentiras de ese mundo feliz del PP y engañados al ver cómo la corrupción alcanza a todos los niveles institucionales y ellos no tienen ni “pa pipas”.
 
 
Unos días antes de las elecciones se hizo famoso el caso de una niña que mostró su enfado ante la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, cuando ésta hizo la tradicional visita de un alto cargo a unos niños y quiso hacerse la simpática

 
El martes por la tarde, Estibalitz Granell abrió la página web del colegio de su hija Usue, el Puente III, del pueblo de El Astillero, 15.000 habitantes a unos 10 kilómetros de Santander. Medio centenar de niños del centro habían estado de excursión en el parque de Las Llamas, en la capital cántabra, donde se celebraba el Día de la Biodiversidad; y los profesores habían colgado algunas de esas imágenes a sabiendas de que los padres las aprecian mucho. En ellas se ven a algunos de los compañeros de Usue, de tres años, participando en juegos sobre la naturaleza o tumbados mirando los brotes del césped a través de una lupa. Pero ni una imagen en la que aparezca Usue. "Ya me extrañaba a mí, con lo poco que le gustan las fotos, que saliera en alguna", se disgustó la madre.
Ignoraba entonces Estibalitz que la memoria de la Canon EOS-1D de David Bustamante, jefe de fotografía de EL MUNDO CANTABRIA, guardaba una estampa única de Usue. Que en unas horas esa fotografía sería publicada y difundida por las redes sociales hasta convertirse en viral y ser proclamada como la imagen de la campaña electoral que culmina hoy en las urnas. Y que su hija, la misma que detesta que la retraten -"¡no más fotos, mamá!"-, sería la protagonista indiscutible de la escena: ahí está Usue, con los mofletes hinchados, el rostro encarnado por el enfado y sosteniendo esa mirada fulminante que tan bien conocen en su casa y que en esta ocasión apunta a la desconcertada vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
 
Estibalitz apagó el ordenador el martes por la tarde, desilusionada como decimos porque no había fotos de Usue con el colegio, y acto seguido preguntó a su hija por la excursión.
-Hemos estado jugando con una lupa, -respondió Usue, quien había descubierto ese mismo día aquel artilugio mágico que todo lo hacía grande y que le habían prestado los monitores al cargo de la actividad.
-¡Qué bien! ¿Y qué viste con la lupa, Usue?
-Bichitos, pero vino una señora y me quitó la lupa.
-¿Quién? ¿Una señora?
-Sí, me quitó la lupa, mamá, sin pedirme permiso ni nada...
-Bueno, Usue, a lo mejor te pidió permiso bajito y no lo oíste...
-¡Me quitó mi lupa!
Y "me quitó mi lupa, me quitó mi lupa" seguía repitiendo el jueves la pequeña Usue cuando Crónica la entrevistaba junto a su madre -vea el vídeo de elmundo.es- en su aula de Infantil. La niña es un torbellino, no para un momento. Con la mano derecha sostiene una lupa con la que lo enfoca todo y con la otra le da bocados a un trozo de pan. Sube y baja del regazo de Estibalitz, le da lametones en la cara, la apunta con la lente de aumento.
 
A estas alturas, la madre ya era consciente de la identidad de la "señora de la lupa" de la que hablaba Usue y de la repercusión que había tenido la fotografía. No así el padre de la criatura, Alberto Cuevas, a quien Estibalitz informaría por teléfono. "Estaba trabajando, no se había enterado y no se lo creía", cuenta la madre. "Luego lo ha visto en internet y me ha llamado muerto de risa: 'Pues sí que tiene cara de mala uva, sí'. Ahora no deja de mirar el móvil y de retuitearlo todo".
De las votaciones de hoy saldrán 8.122 alcaldes, 2.955 alcaldes pedáneos, 67.640 concejales, 1.040 diputados provinciales, 13 presidentes de Parlamentos autonómicos, 802 diputados autonómicos... y unos cuantos cargos más. Imagínense la de fotografías que todos estos electos y los que no han logrado morder el rosco electoral se habrán hecho durante campaña. En el top ten estaban el paseo en bicicleta de Rajoy, Cifuentes y Aguirre o la imagen en la que Pedro Sánchez y Susana Díaz nunca habían parecido estar tan lejos sentados tan cerca. Nada que llamara especialmente la atención de los editores gráficos de las redacciones. Hasta que llegó Usue.

Los 'Memes' sobre Usue

Entre las decenas de memes que han parodiado la fotografía hay uno en el que la niña ocupa el lugar de Pacquiao en el combate del siglo que lo enfrentó a Mayweather. Y otro en la que se bromea con que el enfado es por la intención de la vicepresidenta de subir el precio de las chuches. Pues resulta que no hay nada que le provoque más indiferencia a Usue que las golosinas. No le gustan nada. Tiene muy buena boca -si por ella fuera estaría comiendo todo el día-, pero más que con dulzainas se relame con un buen bocata de chorizo.
 
Usue Cuevas Granell -19 kilos, 1,06 de estatura- ignora que la señora que le quitó la lupa es vicepresidenta del Gobierno y ni siquiera sabe aún el significado de la palabra "político". Pero puestos a hurgar en su corta biografía quizás encontremos alguna conexión con la alta política. Veamos: Usue nació el 2 de noviembre de 2011, es decir dos días antes de que se diera el pistoletazo de salida a la campaña de las últimas generales, en las que Rajoy se alzó como presidente del Gobierno. Vino al mundo, además, sólo nueve días antes que Iván, el único hijo de Soraya Sáenz de Santamaría. Por la experiencia con su pequeño, la vicepresidenta debe de saber que a esa edad los niños están en una etapa que los psicólogos definen como de egocentrismo, es decir, que básicamente sólo piensan en ellos; como para prestar una lupa con la que se está tan encaprichada... Quizás por ello reaccionó como reaccionó Soraya al ver la cara de Usue. Más adelante contamos.
 
Antes, más relaciones de Usue con el mundo político: el director de su cole, por ejemplo, Fernando Munguía, es el segundo en la alcaldía del pueblo, en manos del PP hasta hoy al menos, y está encantado con el encuentro de su alumna con la vice. Una de sus profesoras de Infantil que presenciaron el momento, Emilia Martínez, fue concejal del PSOE durante años, y así habla, entre risas, de la imagen: "¡Es tan impactante la cara de enfadada que tiene Usue! Parece que va a decir: 'Te voy a pegar una torta que me vas a dar la lupa'".
 
Además, el presidente de Cantabria, Ignacio Diego (PP), comenzó su carrera política como concejal en el pueblo de Usue, El Astillero, y allí vive y ha vivido siempre su antecesor, Miguel Ángel Revilla.
 
Hasta que este suplemento la ha localizado se desconocía la identidad de la pequeña de la foto de la campaña, por lo que ha sido bautizada como "la niña de Soraya", una secuela de aquella niña que Rajoy sacó a escena en la campaña de las generales de 2008, en las que perdió contra Zapatero, y que también se volvió viral. Dijo entonces Rajoy: "Quiero que la niña que nace en España tenga una familia y una vivienda y unos padres con trabajo".
 
Y tres años después llegó Usue. Comprobemos si es ella la niña de la que hablaba Rajoy. Su madre Estibaliz Granell, de 30 años, es psicóloga en paro. Su padre, Alberto Cuevas, 35, trabaja como jefe de cajas en un supermercado y tiene "sueldo de mileurista". Viven en un piso por el que pagan 460 euros al mes de hipoteca... "Andamos justos justos. Como la mayoría de la gente llegamos a fin de mes con ayuda de la familia", dice Estibalitz.
 
Los padres de Usue no quieren mostrar sus cartas para este 24-M pero desvelan que son "más bien de izquierdas". El jueves aún meditaban si cambiar su voto tradicional en busca de algún político que haga realidad sus prioridades: "Seguridad y trabajo digno".
-¿Y ven a Usue sus padres como futura política?
-Carácter y genio tiene, y conversación cuando quiere algo también, -responde la madre-. Yo creo que sería buena política pero no sé si me gustaría...
 
De momento dice que quiere ser bombera o princesa, sabe contar hasta 20 en castellano, llega al 10 en inglés y canta un poco la canción del Olentzero, el Papa Noel vasco, legado de su madre, que es de Bilbao. Nunca se acuesta sin su manta preferida y su gusiluz. Y si algo destaca de su personalidad es su descaro -ha hecho que algún calvo agache la cabeza y lo ha retado a explicarle por qué sólo le crece pelo en los lados- y ese genio que tan bien ha plasmado la foto de David Bustamante. "Si se enfada, te suelta esa mirada y te la sostiene. No es de pegar, pero sí de genio, de 'aquí estoy yo', de 'no te cueles que estoy delante y punto'", dice Estibalitz.
 
Y debe de haber aprendido Usue que su inflexible gesto surte efecto. Al menos con la vicepresidenta, a la que, de haber cogido la cámara el momento después, veríamos sucumbiendo a la mirada de Usue, dándose la vuelta, yéndose a charlar con otro grupo de niños y llevándose la lupa. Luego se dirigió a su siguiente cita de campaña, porque el paso por el parque sólo era un alto en la agenda entre las visitas al Palacio de Deportes y al centro de acogida Princesa Letizia.
 
Sepa la vicepresidenta que los padres de Usue piensan enmarcar la foto y que estarían encantados si se las dedicara. Y sepan los lectores que Usue tuvo que devolver la lupa y que desde entonces no deja de preguntar: "¿Cuándo me compras una lupa, mamá?"
 
Este caso, que a algunos le ha servido para hacer una metáfora del descontento de una parte de la sociedad con sus gobernantes, a mí me parece una mejor metáfora de las causas del descontento por parte de muchos. Porque seguro que a la niña le daba lo mismo que apareciera Soraya, Pablo Iglesias o Francisco Franco redivivo, lo que le molestó fue que le tocaran sus cosas sin su permiso, como a tantos otros. Porque cuando se critica la corrupción se habla de moralidad, pero muchos lo hacen pensando “¿y qué hay de lo mío?”, por no poder alcanzar una parte de lo que otros se llevan. Creo que todos criticamos la corrupción un poco por esa envidia de no poder acceder al dinero fácil que nos permita caprichos y ahorre preocupaciones, no queremos que otros se queden lo que nos gustaría tener a nosotros. Por eso muchos siguen votando a gente imputada por corrupción, porque no deja de ser una sublimación de lo que harían si estuvieran en su lugar y otros de los que hacen voto de castigo piensan lo mismo, pero en este caso la sublimación es venganza por quedarse sin ello


Estas últimas elecciones han arrojado buenos resultados para Podemos y Ciudadanos, que tienen la llave para formar diversos gobiernos municipales y autonómicos, en una nueva vuelta de tuerca para aquellos que esperan que cambie algo. Y aquí es donde se transparenta la fragilidad democrática de muchos, a los que el auge de Podemos y les hace soltar soflamas como las que se decían en los años del franquismo de los comunistas, que eran rojos que iban a quemar iglesias y quitar las casas a los españoles. En esos casos imagino que ni ellos mismos se creerán esas estupideces, pero saben que hay gente poco preparada intelectualmente a la que sí se puede convencer con esos argumentos tan primarios, especialmente entre las personas de edad que ya mamaron el miedo al comunismo cuando les decían que en España se vivía mejor gracias a Franco y que no se dejaran influir por esas ideas revolucionarias que venían desde los impíos países del extranjero. Son detalles de que nuestra democracia es joven y que aún deben pasar años para que vayan muriendo los hábitos antiguos y se pierda el miedo a ciertas cosas. Por de pronto, parece que en Madrid, Barcelona y Valencia, tres de las ciudades más importantes de España, ya se han empezado a quitar la caspa acumulada de encima y han votado por fuerzas que busquen un cambio a lo ya conocido, aunque a muchos les duela no salir elegidos como siempre, como pasaba en el pueblo de “Amanece que no es poco”.

 

lunes, 18 de mayo de 2015

Las señales de la atracción

Creo que es algo universal el haber intentado al menos una vez ligar con otra persona, algo que no entiende de nacionalidades, razas, culturas o sexos, pues responde a un instinto de reproducción para la conservación de la especie que todos llevamos dentro. Un instinto que nos lleva a sentirnos atraídos por otros y que, aunque le demos un matiz más intelectual o más elevado, no deja de ser un impulso primario que con suerte nos puede llevar a algo más elaborado. De este modo, hasta la conversación más nimia puede tener connotaciones de deseo, como muy bien reflejaba Woody Allen en esta escena de "Annie Hall", donde los subtítulos dejaban claro en lo que pensaban realmente los personajes.




Estas conversaciones pueden ser el inicio de algo bonito si el entendimiento prospera o pueden ser el preludio de un momento incómodo y hasta desagradable si no hay chispa más que por una de las partes y se equivoca en sus apreciaciones de la otra. Sobre este respecto, hace unos días leí un texto que les adjunto a continuación.



"Existen tantas estrategias diferentes para ligar que es como si cada persona hablase un idioma distinto: no hay quien se entienda. Algunos investigadores se dedican a ahondar en el intrincado lenguaje del flirteo para arrojar un poco de luz.


Chica conoce a chico. Chico se fija en chica. Chica es simpática con chico. Chico cree que ella está ligando con él. Chica termina por decirle no. Al chico le extraña. Seguramente, esta secuencia de acontecimientos le ha pasado a todo hijo de vecino. En un bar nocturno, en el trabajo o con un amigo de toda la vida. Y que nadie se ofusque: también ocurre al revés.

Los rechazos son duros, pero cuando ha habido un malentendido previo, el chasco resulta aún mayor. "Pero si parecía que le gustaba...". Pues no. La raíz del problema no se encuentra en la actitud de los hombres ni en la mente de las mujeres. Ambos sexos comparten responsabilidad: a la hora de ligar, no siempre se entienden.

"Somos muy malos detectando si otros están ligando con nosotros", asegura Jeffrey Hall, un investigador en comunicación de la Universidad de Kansas. Hall se dedica desde hace años a estudiar los comportamientos que adoptan las personas a la hora de ligar y cómo son interpretados por el objeto de su deseo. Según sus trabajos, cada uno desarrolla su propia táctica para acercarse al otro y enviarle señales, en función de su personalidad e intenciones.

Cinco estilos a la hora de ligar

A pesar de la variedad, Hall ha diferenciado cinco estilos generales que engloban todos los demás: el físico (se basa únicamente en el lenguaje corporal), el educado (con gestos correctos y nulo contenido sexual en la conversación), el jugueteo (nada de romance, solo se hace por diversión), el sincero (establece una profunda conexión emocional) y el tradicional (el hombre da el primer paso). Si tienes curiosidad por saber cuál es el tuyo, puedes rellenar un cuestionario.

En su estudio más reciente, Hall ha ido un paso más allá, relacionando la comunicación verbal y la no verbal con cada una de las tácticas. Para su análisis, ha realizado un experimento muy parecido a otro que lleva tiempo rondando por la Red. Circula la teoría de que si dos desconocidos hablan lo suficiente y de los temas adecuados, pueden enamorarse en un solo encuentro. Según los resultados que ha obtenido Hall, no parece tan fácil.

Observó el comportamiento de 51 parejas de personas heterosexuales que no se conocían previamente, pidiéndoles que rellenasen antes un test parecido al que te hemos propuesto más arriba. Tenían que charlar durante unos 10 minutos mientras les grababan. Además, disponían de tarjetas con preguntas que les ayudarían a conocer mejor al otro y mantener una conversación fluida.

Después de disfrutar (o sufrir) de este tiempo en compañía, tenían que determinar el grado de atracción que habían sentido por su pareja de experimento. Hall y su equipo revisaron los test iniciales, los vídeos y las valoraciones finales. Consideraron 36 estrategias de expresión verbal - hacer cumplidos, preguntar o revelar información - y no verbal - cruce de piernas, contacto con las manos o jugar con objetos.

Como es evidente, los que tenían un estilo sincero reían más exageradamente y mostraban interés de forma más abierta. Los tradicionales actuaban con recato. Los educados eran los más discretos, tanto que "este tipo de flirteo no es obvio para la persona por la que sienten atraídos", dice Hall. Así difícilmente iban a comerse un colín. Por su parte, los que dejaban relucir su supuesto amor solo con su lenguaje corporal se volvían sumamente tímidos en las distancias cortas porque "no se sienten cómodos". Son más de exhibirse, como un cuadro.

Cada persona, un estilo

Fuera cual fuera la estrategia, los investigadores llegaron a la conclusión de que, a la hora de ligar, la mayoría de las personas son bastantes sutiles y cada uno actúa de una manera. Por eso, porque existe tanta variedad, el entendimiento resulta difícil: a veces ni nos percatamos de que nos están tirando los tejos y otras nos equivocamos al asumirlo. Es como si todos y cada uno de los habitantes del planeta hablara un lenguaje distinto y trataran de comunicarse entre ellos.

Existen además otras teorías que explican esta aparentemente eterna incomprensión. Una, denominada de la 'gestión errónea', echa la culpa a la naturaleza. La evolución ha llevado a los hombres a sobreestimar cada oportunidad de transferir sus genes para no perder ninguna: mejor subirse a todos los trenes que pasar por alto el bueno. Para su desgracia, las mujeres han desarrollado la estrategia contraria: son despistadas (o se lo hacen), y así no se lanzan a los brazos del primero que pase arriesgando el bienestar de sus futuros hijos.

La segunda hipótesis señala a las normas sociales como responsables: en aquellos sitios donde existe menos igualdad de género, las malinterpretaciones son mayores entre los hombres; mientras que, en lugares con una cultura igualitaria, ambos sexos suelen equivocarse por igual. No obstante, un reciente trabajo de investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega demuestra que esta asunción no se cumple.

Han simulado un estudio realizado en Estados Unidos, pero esta vez en el país escandinavo, donde los ciudadanos son más liberales en sus relaciones entre sexos. Han preguntado a 308 estudiantes si en alguna ocasión habían malinterpretado sus intenciones. El 88% de las féminas afirmaba que les había pasado al menos una vez, frente al 70,6% de los hombres, unas cifras muy parecidas a las del experimento estadounidense (90 y 70, respectivamente). Según los resultados, la cultura no influye en los malentendidos.

La mala noticia es que que estamos condenados a no entender los gestos del otro en lo que a ligar se refiere; la buena es que "somos buenísimos entendiendo que la otra persona no muestra el menor interés", afirma Hall. Las medias tintas y las sutilezas nos confunden."

http://www.msn.com/es-us/estilo-de-vida/relaciones/perdona-¿estás-ligando-conmigo/ar-BBigCHD

Siempre se dice que somos los hombres los que le tiramos la caña a todo lo que se mueve y es un tópico al que no le faltan razones. Yo mismo me siento atraído por varias mujeres a lo largo de un día, solo por su apariencia física, sin saber nada de ellas y si tuviera la posibilidad de ligar con ellas lo intentaría. Sin embargo, luego puede suceder que el atractivo esconda la nada y se pierda el interés inicial o que yo siga interesado y ellas no y al no decirme nada tampoco me llegue a enterar. Así me ha pasado varias veces que he descubierto demasiado tarde que había mujeres que me aguantaban más por misericordia que por gustarles y también que había mujeres a las que yo gustaba y parecían tratarme con indiferencia, más por timidez que por desprecio, como cuando en el colegio las chicas se ríen por los nervios de aquel que les gusta y éste cree que se están burlando de él. O cuando el niño decide tocarle las narices a aquella que le gusta, quizá para llamar la atención y pedir su cariño, porque cree que no se fija en él, como bien refleja el inicio de la película "¿Qué les pasa a los hombres?". Una actuación que muchos hombres repiten ya de adultos, porque siguen siendo esos críos que no saben gestionar sus sentimientos.


Está claro que los humanos parecemos destinados a confundirnos mutuamente, no somos tan primarios como los animales, que dan a conocer enseguida cuando están en celo y hacen lo que tienen que hacer. Sin embargo, siempre nos queda la pequeña magia de los detalles, tan disfrutables cuando se ponen de nuestra parte y tan melancólicos cuando empiezan a formar parte del recuerdo de una relación que se apaga. Cuando el abrazo pasa a ser un encuentro de dos cuerpos que se alejan mientras antes buscaban encontrarse, cuando antes apretaba tu mano cuando le agarrabas la suya y ahora la deja muerta, a la espera de que la sueltes. Cuando antes te comentaba hasta el menor detalle de lo que había hecho y ahora la conversación se hace incómoda por tantas cosas no dichas que se han podrido sin ser comentadas o cuando las visitas, que eran ocasiones especiales, se han convertido en obligaciones que cumplimentar, como el pago de impuestos. Ahí las señales son claras de que la relación se ha ido marchitando y te acuerdas del final de otra película, en este caso "500 días juntos", que habla de forma muy interesante sobre la primavera y el otoño del amor.


Y como evidencia la película, la atracción nace y muere todo el rato, afectándonos a todos varias veces, como actores de una historia tan antigua como el ser humano. Y como historia humana está condenada a repetirse una y otra vez, así que más vale no renunciar a ella y disfrutarla.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Gente famosa y acosos

Todos envidiamos de algún modo a la gente famosa, ya sea por el éxito que representan, por el cariño que mucha gente les muestra, por las facilidades que tienen para acceder a sitios a los que difícilmente podríamos acceder el resto o por su capacidad de vivir una vida que consideramos ideal. Sin embargo, el ideal nunca se alcanza, de ahí que sea un ideal, lo que también se puede aplicar a ser famoso, que tiene sus servidumbres. Si eres famoso tus niveles de privacidad se ven limitados porque al ser objeto de interés del resto de la gente se hace una especie de compromiso no escrito de que los demás sean testigos de tu vida, pues son ellos los que te han encumbrado y te piden una parte en compensación. Así, nos podemos enterar de las parejas de un famoso, de los lugares de ocio a los que acude, de donde pasa las vacaciones y con suerte de algún que otro desliz que cometa o defecto que tenga, que nos consuele de nuestra propia miseria, que nos haga pensar “mira, pues tampoco este/esta es perfecto”. Y eso es algo que tiene su propio mercado, ejemplificado en las revistas del corazón.



El caso es que al ser famoso estás sometido al escrutinio público y cualquier cosa que hagas o digas puede ser utilizada en tu contra, en muchos casos por una masa envidiosa que busca derribar a sus ídolos para rebajarlos a su nivel de mediocridad, por esos perros del hortelano que ni comen ni dejan comer. Y en esos casos de crítica muchos tratan de mantenerse incólumes, pero hay ocasiones en las que se pasa la línea cuando alguno de esos perros del hortelano, fruto de alguna perturbación, se cree con derecho a construir al famoso a su antojo y enfadarse con él si no lo consigue. La historia está llena de casos de famosos dañados por gente que se hacía llamar fan, que se había sentido violentada por determinada actuación del ídolo y se tomaba la justicia por su mano, como si el daño se lo hubieran hecho a él en persona, culpando al famoso del curso de su miserable vida.



Hace unos días he conocido el caso de Lara Siscar, presentadora de informativos de fin de semana en TVE a la que no conocía dada mi poca querencia hacia los telediarios, programas estirados hasta el sopor con contenidos muchas veces superfluo. El caso es que esta mujer ha sido víctima de una serie de personas que la han acosado a través de las redes sociales y que le han hecho la vida imposible, con amenazas de lo más variopinto, tras creerse que eran dueños de sus actos.



El acoso siempre ha existido, ya fuera con anóminos escritos con letra ininteligible o recortes de periódico, paquetes con contenido amenazador o llamadas telefónicas poco amables, pero ahora con las redes sociales se ha multiplicado la posibilidad de que los perros del hortelano hagan de las suyas y siembren la discordia a su antojo. En este sentido, he leído un artículo muy interesante sobre las nuevas formas de acoso y el desahogo cibernético.



No hablo de que esté mal emitir alguna crítica, siempre que esté razonada y tenga un cierto respeto, sin caer en un “eres imbécil y todo lo que haces es mierda”, que suele ser habitual por parte de muchos usuarios que se ocultan en el anonimato para soltar su propia frustración vital. Porque muchas veces, esos perros del hortelano son personas no necesariamente malvadas que afrontan esas actitudes a modo de desahogo de la mierda que les acompaña en su día a día, queriendo repartir su porquería entre los demás en lugar de deshacerse debidamente de ella. Y así se crean improvisados tribunales de la Inquisición que sancionan todo lo que se les antoja, arruinando la libertad de expresión. La verdad es que por estas cosas y por el hecho de que no me reconozcan cuando voy paseando tranquilamente por la calle es por lo que me alegro de no ser famoso, que me hace perderme muchas cosas, pero también ahorrarme no pocos disgustos.