martes, 28 de agosto de 2012

Recuerdos de verano

Este fin de semana acudí a ver una de esas películas que hay que ver en el momento en el que están ambientadas por las sensaciones tan vívidas que transmiten. Hay filmes que se desarrollan el clima oscuro y nevoso del invierno que es mejor ver cuando la temperatura exterior anda por los cero grados y cintas veraniegas que se disfrutan más cuando en la calle hace casi 40 grados. Aunque pueda parecer una chorrada, siempre da un plus a meterse mejor dentro de la historia. Pues bien "El Skylab" es una de esas pelis que hay que ver en verano, porque rezuma verano por los cuatro costados.



"El Skylab" cuenta los recuerdos de Albertine (Karin Viard), que recuerda la reunión familiar para pasar un fin de semana de verano en una casa de campo en la Bretaña francesa en 1979, cuando ella era una niña de apenas 10 años (Lou Alvarez). A lo largo de la historia iremos descubriendo un poco a los numerosos miembros de esa familia, cada uno de su padre y de su madre y los retales de la convivencia entre todos ellos.

Este filme es el quinto como directora de la francesa Julie Delpy, una mujer que empezó ejerciendo como actriz en su adolescencia y juventud en películas de directores como Jean Luc Godard, Carlos Saura, Bertrand Tavernier o Kieslowski y que logró la fama internacional junto a Ethan Hawke en "Antes del amanecer". También ha hecho sus pinitos como guionista (en "Antes del atardecer", por la que fue nominada al Oscar en este aspecto) y como cantante, publicando un disco en 2003. En los últimos años ha espaciado sus apariciones en pantalla y se ha centrado más en colocarse detrás de las cámaras, dirigiendo filmes como la simpática "2 días en París" o "El Skylab", en la que se reserva un papel secundario como madre de la niña protagonista.



Con una trama que tiene reconocidos elementos autobiográficos (cuando se desarrolla la acción la joven Albertine tiene la edad de la propia Delpy en 1979 y ella dice haberse inspirado en su madre para su personaje, además de muchos recuerdos de sus reuniones familiares), Delpy construye una película donde predomina el costumbrismo y la naturalidad, en la que aparentemente no pasa nada, pero todos los personajes tienen algo que decir, sus cosas buenas y malas, sus contradicciones.

En un momento en el que todo el mundo está preocupado por la caída del satélite Skylab sobre sus cabezas (finalmente cayó en el Océano Índico) asistimos al despertar a la adolescencia de Albertine, que empieza a sentir los pinchazos del amor, que ve películas poco apropiadas a su edad (como "El tambor de hojalata" y "Apocalypse now"), que empieza a hacerse preguntas sobre lo que ve, pero que sigue conservando la inocencia de la niñez.



Cualquiera podrá sentirse identificado con una historia en la que se nos habla de las relaciones familiares desde una óptica ligera, con algunos apuntes de drama, pero donde predomina el buen humor. Como esas comidas familiares en las que un tema político y social crea controversias entre varios miembros aunque la sangre no llega al río. La fotografía colorista capta muy bien el ambiente pesado y apacible del verano y el elenco de actores cumple adecuadamente con su cometido, aportando la frescura necesaria al conjunto.



Una película muy interesante, a la que solamente se le puede reprochar una ocasional sensiblería, especialmente en su epílogo. Creo que la película, que está contada a modo de flashback, podría haberse narrado sin el prólogo ni el epílogo, que no aportan mucho más y hacen repetitivo y maniqueo un mensaje que se había deslizado de forma sutil por el resto del metraje.

Con todo ello, un filme muy recomendable, con sabor a nostalgia, que a muchos les recordará los veraneos familiares en el playa o en el pueblo.

1 comentario:

  1. A mí me cae muy bien y me interesa casi todo lo que hace, me gusta su criterio y su forma de ver las cosas

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