viernes, 16 de marzo de 2012

Be emotional



Cuando yo era pequeño y adolescente era un ser sin desarrollar mi lado emocional. Crecí en un hogar poco dado al sentimentalismo, a los abrazos y las caricias y eso me marcó. Durante mucho tiempo creí que era una mariconada (así como suena) que un hombre expresara sus sentimientos y fuera diciendo a lagente que la quería. Todo ello, unido a mi natural timidez, hizo que fuera incapaz de dar besos y abrazos a nadie, ni siquiera de tocar a la gente. Cada vez que sentía la mano de alguien sobre mi cuerpo, algo en mí se removía, aún más si se trataba de una mujer.

Todo eso fue cambiando con el tiempo, fue uno de los malos hábitos que me sacudí felizmente cuando salí de casa y aprendí a expresar mis sentimientos, a tocar a otras personas y a dar besos y abrazos. Aprendí a mostrar el amor que algunas personas me hacían sentir, en un proceso que aún continúa, pues no es tan fácil acabar de un plumazo con la herencia de años y años.

Una de las cosas que más me han llamado la atención en la blogosfera, desde que aterrizase hace unos años, ha sido la desnudez de muchas personas a la hora de hablar de sus sentimientos. Las novedades cibernéticas han provocado que los tradicionales diarios personales de tapa dura en los que se vuelca toda el alma se conviertan en blogs y el navegador curioso puede ser testigo del alud de sentimientos que todo ello conlleva.

Aún hoy, después de años de postear contando las cosas que se me ocurren y las que siento, yo también he aprendido a no avergonzarme de mostrar todos esos sentimientos, pues eso me ha permitido conocer almas con bastantes paralelismos a la mía. Almas que sienten cosas muy parecidas a mí y con las que me he identificado en un montón de escritos. Almas que aún me siguen enseñando la hondura del sentimiento humano.

Y en este sentido se llevan la palma las mujeres. Hace cosa de 12 años, mi anterior "yo" me habría considerado un melindroso por leer blogs escritos por mujeres (los hombres no se meten en cosas de chicas, me decían de pequeño en mi casa), pero ahí es donde he obtenido las experiencias más gratificantes de la blogosfera. El acceso a textos escritos desde lo más hondo del corazón, hablando de emociones muy profundas, de una manera tan vívida que no hay que hacer muchos esfuerzos para imaginarlas. Retazos de una psique fascinante, a veces dulce como una golosina, a veces perturbadora y heladora de la sangre del más pintado. Y en muchos momentos sintiéndome reflejado, aprendiendo el significado de emociones que había sentido previamente y no podía explicar. Y me sigue fascinando todo lo que leo sobre ese gran abanico de sentimientos humanos.

De todo esto he aprendido a no tener miedo de mostrar esa parte emocional que me negué durante tanto tiempo y ahora ya no me cuesta horrores decir "te quiero" cuando quiero a alguien o dar muestras patentes de ese cariño, aunque la timidez aún me frena a veces cuando no me atrevo a besar o abrazar a alguien todo lo que me gustaría. Seguimos trabajando en ello.

8 comentarios:

  1. La cuestión es si, como yo, dices en el blog cosas que nunca contarías en persona... quiero decir, para mí es fácil demostrar con actos que quiero a alguien, decir "te quiero", abrazar... todo eso me encanta y me sale (solo cuando es totalmente sincero). Pero mostrar mi lado más emocional, lo profundo, lo del interior más hondo... eso solo lo hago en el blog, y porque ninguno de vosotros me ponéis cara, que si no...

    (Oye, en la entrada anterior comenté y nunca más se supo de mi comentario; a ver si en esta hay más suerte).

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De hecho, sólo he revelado la existencia de este blog a muy poquita gente, hay mucha gente que me conoce que ni sospecha que tengo este blog. Así me siento más libre para contar las cosas que se me ocurren sin cortapisas.

      Perdona la tardanza en dar de alta el comentario, que blogger no me había avisado de que estaban llegando y lo acabo de ver

      Eliminar
  2. Sin duda, escribir, escribir un blog anónimo es como desnudarse de cintura para abajo llevando una careta. Cuesta mucho menos.

    Un abrazo y sigue, por favor, sigue.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que sí, aquí pienso seguir desnudándome de cintura para abajo, jeje. Espero que te guste

      Eliminar
  3. Me encanta que evolucionaras, que no te quedaras con lo aprendido en casa. Me encanta las personas que son abiertas y mirarn a su alrededor para aprender y mejorar.
    Seguro que estas mucho mejor siendo asi, que controlando tanto tus emociones. Quizá uno llora, pero también disfrutaras mas de muchos momentos.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí que me siento mejor así, dando más rienda suelta a mi parte emocional, además creo que me ha hecho crecer personalmente. Acallar las emociones durante tantos años no me ayudó para nada

      Eliminar
  4. Si nos diéramos cuenta de todo lo que cambiamos desde que éramos niños, y luego la gente dice que es imposible. Yo he visto mi cambio desde que tengo blog. Tratar de controlarlo todo, comentarios, expresiones, situaciones. Todavía tengo un poco de ello y hoy por hoy sería incapaz de hacer público mi blog a todo el mundo. Pero, a pesar de limitarme de vez en cuando a la hora de escribir, noto que poco a poco se va perdiendo el miedo. Trato temas que nunca trataría o diría en la vida real, y se convierte en ese diario de papel que hace tanto tiempo que no toco. Da vergüenza desnudarse, tanto real como virtualmente, y ojalá nunca nos acostumbremos a eso. Para no pasar a ser vulgar.

    P.D: si puedes quitar la verificación de palabra... es un incordio demostrar todo el rato que no eres un robot

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí que se cambia, yo hay cosas que veo hoy día con un prisma diferente a hace apenas 3 o 4 años, la vida es un continuo aprendizaje. Y es muy bueno perder el miedo a expresar muchas cosas que en principio nos asusta expresar.

      Tomo nota de lo de la verificación de palabra, voy a ver si lo quito, que la verdad es que es una lata

      Eliminar