viernes, 2 de marzo de 2012

Atractivos mundos interiores

Se dice a veces de forma acusatoria que los hombres solamente nos fijamos en el pecho o en el trasero de las mujeres, que nos importa poco lo demás. Es cierto que hay muchos casos así y no negaré que esas partes del cuerpo pueden ser muy atractivas, pero la verdad es que hay muchas más cosas que me atraen visualmente de una mujer, algunas muy enraizadas en su interior.

Me he dado cuenta de que cada vez que veo a una mujer portando un libro o leyéndolo siento una inmediata curiosidad por ella, para mí resulta un rasgo tan atractivo como si llevara minifalda. Soy un gran aficionado a la lectura y las mujeres que leen me resultan muy interesantes, especialmente si los libros que se llevan a los ojos me interesan. A veces las he visto leyendo volúmenes que yo había leído ya y me llamaba mucho la atención, hasta me daban ganas de preguntarlas qué les estaba pareciendo, a riesgo de parecer un locuelo. También me he fijado que si las veo con los típicos bestsellers y los libros electrónicos no ejercen la misma atracción sobre mí, me fascinan menos.

Otro rasgo que ya no es tan visual, sino más interpretativo, es que me atraen las chicas con aspecto tímido y con pinta de tener un mundo interior muy rico. Eso es dificil de establecer sólo con un vistazo, pues hay gente que parece que tiene algo que decir y no es así y hay gente que parece muy superficial y te sorprende. Aún así hay mujeres que a primera vista sientes que tienen un recorrido interno fascinante, de las que querrías saber más y más y eso me atrae mucho. Siempre me llama la atención en los grupos de gente la chica que está colocada de forma discreta, como queriendo pasar desapercibida, es un tipo de actitud que dice mucho sobre lo que puedes esperar de ella. Como tímido que se siempre se ubica en lugares donde no llama la atención, esa posición huidiza consigue captar mi interés.

Confieso que me gustan las mujeres que están un poco locas, que tienen sus rarezas y sus pensamientos curiosos, siempre hasta cierto límite (no es que las busque en los psiquiátricos). Me gustan las mujeres con un punto friki, que puedan reírse de ellas y del mundo, que no aspiran a ser anodinas (no hay nada menos estimulante para mí que alguien que desprecia su lado freak por una normalidad mal entendida). Ese tipo de personalidad con un punto de locura me enamora, son atractivos que nacen desde dentro y muchas veces se manifiestan en el exterior.

Hoy en día, los nuevos adelantos permiten asomarse a muchos de esos mundos interiores que antes quedaban únicamente recogidos en las páginas de un diario privado y que hoy se manifiestan en la blogosfera. Por todo ello, la lectura de algunos blogs me resulta fascinante y me gusta seguir los que me provocan esa sensación de identificarme con las cosas que dicen, de emocionarme o de aprender sobre cosas que otra gente piensa o siente.