martes, 27 de marzo de 2012

Las entrañas de la política


Este fin de semana recuperé mi hábito de ir al cine para ver una película a la que tenía ganas de hincarle el diente, "Los idus de marzo", dirigida por George Clooney, en la que es su cuarta aproximación tras las cámaras (después de "Confesiones de una mente peligrosa", "Buenas noches y buena suerte" y "Ella es el partido").

"Los idus de marzo" nos habla de joven idealista (Ryan Gosling), que empieza a trabajar como director de comunicación para un prometedor candidato (George Clooney) que se presenta a las elecciones primarias del Partido Demócrata. Durante la campaña tendrá la oportunidad de comprobar hasta qué extremos se puede llegar con tal de alcanzar el éxito político.

En su nueva película como director, Clooney ha querido retomar el ámbito político que tan bien le vino en la estupenda "Buenas noches y buena suerte" y en esta ocasión retrata las entrañas del poder, de las cosas que se hacen entre bambalinas en períodos preelectorales. No es que ofrezca nada nuevo bajo el Sol a estas alturas, pues cualquier espectador un poco informado es consciente de lo que se cuece en las esferas donde se disputa el poder. Pero sin embargo resulta una aproximación estimable, que trata al espectador como alguien inteligente.

El título de la película viene dado por la festividad romana en la que asesinaron a Julio César y es una metáfora sobre el descubrimiento de la verdad por parte del joven idealista, que comprobará de primera mano la serie de tejemanejes y la podredumbre que se ocultan bajo la fachada más perfecta.

Uno de los puntos fuertes del filme es la buena labor de su reparto, trufado de buenos actores. Empezando por Ryan Gosling, siempre con esa mezcla de locura y vulnerabilidad, siguiendo por George Clooney como el encantador político con basura debajo de la alfombra. Todo ello redondeado con gente tan competente como Philip Seymour Hoffman y Paul Giamatti como asesores de campaña, Marisa Tomei como periodista metomentodo y Evan Rachel Wood como jovencita no tan candorosa como aparenta, que se convertirá en objeto de deseo del personaje de Gosling. Un gusto volver a ver a Evan Rachel Wood, por la que tengo debilidad desde hace años, una chica tan bella como talentosa y que resulta siempre muy adecuada para personajes de apariencia adorable y un interior inquietante.

Clooney deja el protagonismo en manos de Gosling y se guarda un jugoso papel secundario, dejando constancia una vez más de que es un actor con muchas cosas que decir tanto delante como detrás de la cámara, filmando con pulso una historia que se hace muy entretenida y accesible, por poca idea que se tenga del sistema político yanqui. Quien siga teniendo reticencias con él por su imagen pública de "sex symbol" se está perdiendo a un intérprete de categoría, con una filmografía bastante interesante.

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