sábado, 18 de febrero de 2012

Miedos y dudas



"Eran jóvenes, instruidos y vírgenes aquella noche, la de su boda, y vivían en un tiempo en que la conversación sobre dificultades sexuales era claramente imposible. Pero nunca es fácil".


Acabo de terminar la lectura de "Chesil beach", una novela de Ian McEwan, uno de esos libros que tenía pendientes desde hace un tiempo. Yo soy ávido lector y gusto de leer un rato todo los días, pero aún así tengo un montón de libros en la estantería esperando ser leídos. Muchas veces me invade la sensación de que nunca tendré tiempo de leer todos los volúmenes que me gustaría, pero voy sumando poco a poco, encadenando con calma uno detrás de otro. Últimamente me ha dado por libros breves, si el otro día hablaba de "Tranvía a la Malvarrosa", que apenas duraba unas 200 páginas, "Chesil beach" dura incluso un poco menos.

La novela cuenta la historia de Edward y Florence, dos jóvenes ingleses que acaban de casarse y que se disponen a pasar su noche de bodas en un hotelito junto a la playa de Chesil beach, al sur del país. Corre el año 1962 y aún se mantienen las formas del Antiguo Régimen, en el que estaba mal visto que se consumasen relaciones sexuales antes del matrimonio y todo debía esperar a la noche de bodas, que para muchos hombres era un gran deseo y para muchas mujeres era un gran miedo. Ese es el punto de partida de una novela que profundiza en las mentes de ambos protagonistas, explicando el por qué de sus diversas reacciones.

Por un lado tenemos a Edward, un joven interesado en la historia, de carácter afable y criado humildemente en el campo por su padre, debido a los problemas mentales de su madre. Por otro lado está Florence, una gran aficionada a la música clásica que toca en un cuarteto de cuerda y que ha sido educada en un ambiente burgués. Los dos están nerviosos ante su noche de bodas y su estreno en el apartado sexual tras una relación que apenas ha pasado de los besos y los abrazos. Las convenciones sociales y sus propios deseos forman un cúmulo de emociones poco fáciles de digerir.

La primera novela que leí de McEwan fue "Expiación", a raíz de la aparición de la película protagonizada por Keira Knightley y James McAvoy. Fue un libro que me gustó, aunque me pareció que adolecía del mismo fallo que su adaptación al cine, de una primera parte bastante mejor que la segunda. Interesado por el autor, quise leer más y "Chesil beach" me parece una obra mucho más conseguida, más redonda. McEwan propone una narración directa, centrada en un momento concreto y surcada de diversos "flashbacks" que nos ponen en antecedentes sobre los protagonistas del relato.

Con todo ello, nos encontramos ante un libro muy emotivo, de esos que se te quedan en la cabeza tiempo después de haberlos leído. Además hay diversos aspectos del carácter de sus dos protagonistas con los que me identifico y otros me resultan muy reconocibles, de haberlos visto en otras personas. Una novela muy recomendable y que me hace seguir interesándome por la obra de su autor.