jueves, 14 de marzo de 2013

Insinuar y mostrar

Hablaba el otro día sobre la belleza que siempre me sugieren las actrices Elena Anaya y María Valverde a raíz de un reportaje en "El País Semanal". Pues bien, hace pocos días le dedicaron un espacio a otra actriz que siempre me ha atraído, aunque debo confesar que más a nivel físico que interpretativo. Hablo de Natalia Verbeke, que tenía rienda suelta para posar de forma sugerente.








Así como Elena Anaya y María Valverde me sugieren más belleza espiritual, más amor platónico y deseos de besos y caricias, Natalia Verbeke me inspira más sensación de carnalidad, de deleite físico.




Pero no es de Natalia Verbeke de quien hablaré hoy, aunque les dejo el enlace de la entrevista por si quieren leerla, que está bastante interesante, por cierto.


Ver sus fotos me ha hecho pensar en lo que nos produce la visión de más o menos piel en los cuerpos que nos resultan atractivos, en lo que es sugerente o erótico.

Por regla general a nadie le desagrada un dulce y las fotos de desnudos siempre se llevan la palma en el interés de la gente, especialmente en los cuerpos atractivos, aunque el desnudo fascina tanto que incluso los cuerpos más imperfectos atraen la atención, aunque solo sea por curiosidad o morbo malsano. Así, podríamos decir que no hay nada más erótico que un desnudo, un cuerpo mostrando todas sus virtudes y atractivos y así lo entendieron en el arte clásico y en el Renacimiento, cuando se volvió a los modelos de griegos y romanos.


Pero sin embargo, todo lo bueno acaba cansando y siempre he pensado que en un mundo en el que todo el mundo fuera desnudo, lo atractivo sería alguien con ropa, porque sería lo contrario y por ello suscitaría interés, como los desnudos lo hacen en un mundo en el que se usan ropajes. De este modo, hay muchas personas que se inclinan más a la insinuación que a lo explícito, mostrándose más interesadas en aquellos cuerpos que dejan ver parte de su encanto o muestran su desnudez de forma velada.






Ahí el encanto estaría en lo que no se ve y se intuye, en la curiosidad por saber que hay debajo de ese velo. El erostismo vendría motivado por la imaginación de ese atractivo físico que se percibe pero no se ve claramente. Por este tipo de cosas suele decirse que la parte más erógena de nuestro cuerpo es nuestro cerebro, porque también nos gusta esa ocultación que estimula la imaginación.



Y eso en cuanto a la imagen, porque la palabra es también otro método para estimular esa imaginación y hay cosas que sin mostrarse en absoluto, solo con ser contadas y explicadas pueden ser mucho más eróticas que una simple imagen. En ese caso, creo que aquello de que una imagen vale más que mil palabras no sería del todo cierto. Porque esas palabras estimulan el cerebro y hacen surgir imágenes y sensaciones que producen el efecto en quien las lee. Por eso las lecturas erótico-festivas siempre han tenido seguidores, hoy muy en boga por ciertas novelas que todo el mundo conoce, pero que es un nicho que siempre ha estado ahí. Y sé de mucha gente a la que estimulan más las palabras que las imágenes explícitas, que prefiere un relato cargado de metáforas sensuales a una foto de desnudez, porque les ofrece una mayor inspiración.



Ahora podríamos entrar en el debate de qué motiva más a hombres y mujeres y de los tópicos que hay sobre el tema: que si a los hombres les tira la imagen del desnudo por su naturaleza más primaria y a las mujeres les gusta el desnudo velado y el relato, porque gustan de las creaciones más complejas. Y en muchos casos sucede así, pero de todo hay en la viña del Señor y también conozco a mujeres primarias y hombres complejos.

Al final, como decía aquel, el erotismo es cosa de cada uno, porque lo que le vale a uno a otro le puede resultar insulso y hay preferencias que a unos les interesan vivamente y a otros les repelen.

12 comentarios:

  1. A mi como muchas cosas en esta vida...soy de gustos variables, y lo mismo me puede encender un desnudo que unas palabras susurradas al oído. Y he pasado por épocas en las que me gustaban más unas cosas que otras...
    Pero en general la insinuación es lo que más me gusta. Ya sea en enseñar cuerpo o en palabras. Poder intuir pero no estar seguro que lo que hay bajo la ropa...o intuir qué puede pasar con una persona por eso que te está insinuando al oído...es más atractivo que saber claramente cómo, donde y cuando. La insinuación aporta excitación, nerviosismo...qué pasará, qué habrá ahí?
    Una comparación fácil, cuando te hacen un regalo por ejemplo, no es más divertido que no sepas de antemano lo que va a ser y que te lo den envuelto? Sí, claro la otra persona puede que no acierte con tus gustos pero ese momento previo a abrirlo...es la sensación que más me gusta.

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    1. Si, esa metáfora del regalo es muy cierta. Es esa sensación de ir a descubrir algo que te interesa, que no estás seguro de si te gustará, pero que deseas ver con tus propios ojos

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  2. Los desnudos son como las soluciones de las sopas de letras, son el objetivo, y al final siempre acabas mirándolas, pero la gracia está en ir resolviéndolo poco a poco.

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    1. Y además mucho más interesantes que las sopas de letras, que nunca me han gustado mucho los crucigramas, sudokus y similares, enseguida me aburría de ellos, jeje

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  3. ¡Muy buena entrada! Yo en particular pienso que los desnudos no son muy atrayentes (también soy una mujer y puede que lo veamos de forma distinta) si no que es mejor sugerir
    Muchas gracias por pasarte por mi blog http://lalocadelosbuhos.blogspot.com.es/ tengo nueva entrada y te espero ! :) Un beso ^^

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    1. Ah, si, me acuerdo. Yo llegué a tu blog buscando imágenes de atardeceres hace un tiempo. Pues muchas gracias por pasarte

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  4. Berlanga contaba que tenía una historia corta sobre un hombre en una playa nudista que buscaba a toda costa vestir a la chica que le gustaba para encontrar el morbo y erotismo de lo opuesto a lo que había.

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    1. La verdad es que tenía razón Berlanga, porque si todo el mundo fuera desnudo lo interesante sería ver a la gente con ropa, por ver qué esconden

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  5. Para esto, como para todo, se requiere, obviamente, cierto tacto. Ese que no todo el mundo tiene...
    Pero claro, para gustos los colores. Siempre he sido más partidaria de "más vale insinuar que enseñar" por eso de echarle imaginación al asunto, y claro, cuando a la imaginación no se le ponen frenos pues se nos ven hasta los ("peores") pensamientos.
    Y ya no te digo nada si sabes utilizar de muy buena manera las palabras...

    Otra buenísima entrada, chico.

    Un abrazo :)

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    1. Por eso los relatos más o menos encendidos suelen atraer tanto, por su carácter evocador y porque hacen que la imaginación vuele hasta los "peores pensamientos".

      Otro abrazo para ti

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  6. Me gusta mucho como escribes. En mi caso, lo erótico insinuado, mezclado con lo obvio y aliñado con el relato hacen la ensalada excitante perfecta.

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    1. Con razón dicen que las mezclas suelen traer cosas interesantes, apoyo la mezcla que propones, que estimula la mayoría de los sentidos

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