lunes, 25 de febrero de 2013

"Blue Valentine" y "Dos días en Nueva York". Dos formas de ver la vida


"-¿Es que no te das cuenta de que todo lo he hecho por ti?
-Yo no te pedí que lo hicieras"


En los últimos días he tenido la oportunidad de ver dos películas que hablan de las relaciones de pareja desde una perspectiva diferente, bastante incómoda en un caso, quizá más aproximada a la realidad y de una manera más lúdica por otro lado, aunque sin caer en el petardeo de tantas romanticonadas de Julia Roberts, Sandra Bullock, Jennifer Aniston, Katherine Heigl y un largo etcétera. Hay quien dice que prefiere las petardadas porque la realidad ya es muy dura de por sí como para andar martirizándose viendo películas dramáticas sobre el tema. Entiendo su punto de vista, pero no lo comparto, porque a mí siempre me gusta rastrear sobre las cosas que me interesan, que me afectan y por ello tienden a gustarme más las que más se aproximan a la realidad, al menos como yo la percibo. Dicho esto, hoy les voy a hablar de "Blue Valentine" y "Dos días en Nueva York".
 
 

En "Blue Valentine", después de convivir durante seis años y tener una hija, Dean (Ryan Gosling) y Cindy (Michelle Williams) no parecen pasar por su mejor momento. Intentando salvar la relación, Dean propone ir a pasar la noche a un hotel temático, donde eligen la “habitación del futuro”. A partir del futuro, se narra la historia de la pareja desde el momento de su encuentro hasta la irremediable crisis de su matrimonio.

"Blue Valentine", dirigida por el desconocido Derek Cianfrance, es una película que se ha estrenado aquí con más de dos años de retraso, así que el que haya querido verla imagino que ya lo habrá hecho en Internet, para que luego se quejen de piratería con estos fallos de distribución. Yo le seguía la pista a la película desde hacía tiempo y quise esperar a su estreno antes de verme obligado a verla en el ordenador (que es un formato que no me gusta, en el que me cuesta mantener la atención). Finalmente he podido verla y debo decir que no es la película más adecuada para parejitas que van al cine, que se verán desazonados viendo las miserias del dúo Gosling-Williams, quizá reconociendo con terror algunos de los dramas de los protagonistas.
 
 

Al modo de "Revolutionary Road" en un ambiente más actual, somos testigos del deterioro de la convivencia entre la pareja tras algunos años en común, al tiempo que la trama de se ve salpicada de flsahbacks de cuando ambos se conocieron y todo parecía ser maravilloso, antes de que la cotidianeidad empezara a torcerlo todo. Lo más inquietante de la película es que la relación no se viene abajo por alguna infidelidad o porque el hombre o la mujer actúen incorrectamente, lo que un día es amor empieza a convertirse en algo más cercano al odio sin motivo aparente, por la pura erosión del tiempo y una chispa que se apaga sin remedio. Él sigue queriendo a su mujer como el primer día, pero ella parece no sentir lo mismo, nota que aquello ha llegado a su fin aunque no está muy segura de cómo dejarlo todo atrás. Un caso claro de que dos no se aman si uno no quiere.
 
 
 
He leído por ahí críticas porque la película parece mostrar al personaje de Gosling como mejor persona que al de Williams, que parece más preocupada en ella misma que en su pareja. Buscar dobles sentidos misóginos me parece un absurdo, porque la vida real nos recuerda cada día que hay gente que hiere y es herida a diario en ambos sexos y también se dan muchos casos de mujeres que dejan a sus parejas aunque éstos no se comporten como unos capullos que lo merecen. Simplemente, se han dejado llevar durante un tiempo y ahora ya no les interesa. Tan simple y desconsolador como la frase que encabeza esta entrada (que no es de la película, pero se adapta a lo que viene a ser).
 
 

Ryan Gosling y Michelle Williams dan vida con convicción a estos personajes, aunque a Gosling le vuelvo a notar una vez más sobreactuado, siempre haciendo dos o tres gestos más de los necesarios, siempre más intenso de lo que su personaje requiere. El día que controle eso, conseguirá ser un gran actor. Michelle Williams me pareció más acertada y demuestra que es una actriz con un gran talento para expresar dolor y melancolía (imagino que los sucesos de su vida real le habrán cincelado esa capacidad). Y todo ello con una puesta en escena realista y opresiva por parte de su director, que no duda en mostrar una imagen feísta, llena de espacios cerrados, que simbolizan el estancamiento y el agobio de sus personajes.
 

 

Una película para que ellos que estén interesados en la naturaleza del amor y en cómo un buen día esas personas que se aman tanto dejan de ser relevantes en la vida de cada uno. Los que estén más interesados en algo más ligero y divertido, pueden echar un vistazo a "Dos días en Nueva York", simpática secuela de la no menos simpática "Dos días en París", ambas dirigidas por la actriz francesa Julie Delpy.
 


En esta ocasión Marion (Julie Delpy) se ha separado de Jack, su novio en "Dos días en París", pero su nuevo novio (Chris Rock) tendrá que vérselas con el excéntrico padre, su hermana y el novio de ésta durante una visita de dos días en Nueva York.

Conocida por su participación en las películas "Antes del amanecer" y "Antes del atardecer" (y la tercera parte, de próximo estreno), Julie Delpy está centrándose en los últimos años en su faceta de directora, con películas como las ya citadas o la estupenda "El Skylab", todas ellas caracterizadas por sus apuntes autobiográficos y la presencia de familiares reales como familiares en la ficción. Sus padres fueron sus progenitores en "Dos días en París" y tras la muerte de su madre, su padre Albert (inconfundibles sus ojos y su parecido) ha seguido saliendo en las películas de la hija, siempre con personajes muy divertidos.
 

 
En esta ocasión, Delpy parece ser consciente de estar haciendo una comedia y por ello sus personajes son un poco caricaturescos, como si fueran gags andantes. Marion es neurótica e insegura y piensa vender su alma como parte de su próxima exposición artística, su padre es un hombre bonachón y mujeriego, su hermana (Alexia Landeau, también coguionista de la historia) es promiscua y despreocupada y al novio que lleva consigo, que en su día fue novio de Marion, solo le interesa el sexo y los porros. Mientras tanto, el personaje de Chris Rock (muy contenido, bastante bien) es un locutor de radio divorciado y padre de una niña y quizá el más equilibrado de todos, a pesar de sus diálogos a solas con una estatua de cartón de Barack Obama, ante el que suelta sus frustraciones.
 

 
Como se ve, todo es bastante proclive al humorismo y no faltan situaciones de enredo con el contraste entre esos franceses anárquicos y el racionalismo americano, en una especie de adopción/parodia de tópicos sobre las características nacionales y el choque de culturas. De esta manera, Delpy nos ofrece una comedia, a ratos disparatada y a ratos reflexiva, sobre las relaciones humanas que no será recordada como su mejor trabajo tras la cámara, pero que se deja ver con agrado. No deja mucha huella, pero tampoco molesta.
 
 
 
Dos películas sobre la vida en pareja con un tono muy diferente, ya que mientras "Blue Valentine" es de las que desgarra por dentro y deja tocado después de verla, "Dos días en Nueva York" es un ejemplo de "feel good movie", de esas que te hacen salir contento del cine. Dos formas de ver la vida, que tantas veces suele cambiar de la comedia al drama y viceversa.
 

2 comentarios:

  1. Mmm...qué inconformistas somos. No sé si será cierto y sé que no se puede generalizar pero, parece ser que lo que más predomina es que al principio de una relación somos las mujeres las más prendadas, luego llega un momento en el que los niveles de los dos se igualan y a partir de ahí nosotras vamos perdiendo el interés poco a poco mientras los hombres se atan cada día más. No soy ninguna gurú, lo oí en la radio un día y se me quedó porque lo que explicaban parecía exactamente lo que me había pasado, y lo que vi que ocurría en más parejas. Puede que "Blue Valentine" esté enfocado de esa manera precisamente por eso...que ya digo que no es una norma pero al parecer ocurre a menudo que sin saber por qué perdemos los sentimientos, como si se fueran erosionando con el tiempo hasta no quedar nada.

    Me ha gustado lo que has dicho de las dos así que espero poder verlas...legal o ilegalmente!

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    1. Pues ese es un tema en el que no se sabe cual es la respuesta correcta, si la que dices y defendían en aquel programa o la de que los hombres se enganchan más al principio y luego son ellas las que lo hacen más, que también suele suceder.

      Imagino que habrá casos de todo tipo, lo que si creo es que una de las personas siempre ama un poco más que la otra (ya sea el hombre o la mujer) y es la que tira de la relación.

      Precisamente, cuando una relación se rompe es cuando el que tira se ha cansado de hacerlo y la persona que ha sido la parte más pasiva no sabe seguir ese rol de tirar, con lo cual todo se va a la porra

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