lunes, 6 de enero de 2014

El cine que más me gustó en 2013

El año 2013 ha quedado atrás y acabamos de empezar 2014, con las consabidas promesas y propósitos de principio de año y balances de lo ocurrido en el año recién terminado. En todos los sitios donde se habla algo de cine son días de que cada uno haga su lista de las mejores y las peores películas que ha visto, así que me uniré a la corriente por un día y destacaré lo mejorcito que he tenido la oportunidad de ver en 2013. He querido hacer la lista sin un orden de preferencia de una por encima de otra, porque un día podría decir que tal película ha sido mi favorita del año y otro día diría que es otra, según como me diera. Así que las iré citando por orden de visionado, empezando por las últimas que he visto y acabando por las que vi allá a principios del 2013.
 
 
 
"Un asunto real"
 
Para Carolina Matilde (Alicia Vikander), casada siendo una adolescente con el rey de Dinamarca Christian VII (Mikel Boe Folsgaard), es un horror vivir con un marido ciclotímico y estrafalario que propone medidas como nombrar a su perro miembro honorario del Consejo de Estado, o que circulen en Copenhague por la noche carruajes vacíos para recoger a los borrachos. Así las cosas, Carolina se rinde a los encantos del médico personal del rey, un intelectual progresista (Mads Mikkelsen) que se verá dividido entre su lealtad al monarca, su amor a la reina y su oportunidad de convertir una Dinamarca aún medieval en un país ilustrado.
 
Estos días de Navidad he aprovechado para repescar en DVD algunas películas que en su momento se me escaparon en cines y "Un asunto real" está entre ellas. Las películas de época bien hechas son una de mis debilidades y ésta es de las buenas, ambientada en el siglo XVIII con una curiosa relación a tres bandas entre un rey, su esposa y su amante, médico del monarca. Un médico que aprovecha su influencia sobre un rey infantiloide para organizar el país siguiendo los dictados de la Ilustración francesa mientras mantiene relaciones con la mujer del rey, seducida por la atractiva personal del médico. El danés Mads Mikkelsen es uno de los actores de moda por su participación en la serie sobre Hannibal Lecter aunque lleva ya algunos años en esto del cine, habiendo hecho de casi todo en películas en su país y en el extranjero, participando en la española "Torremolinos 73" y de villano de la saga Bond en "Casino Royale". Su semblante duro y misterioso le ha proporcionado no pocas admiraciones y aquí muestra que es un actor competente para personajes ambiguos. Las dos horas largas de "Un asunto real" se me pasaron en un suspiro, me gustó bastante.
 
 
 
 
"La gran belleza"
 
A través de la figura de un veterano periodista, que podría ser el Mastroianni de "La dolce vita", con algunos años y algunas decepciones más a la espalda, el italiano Paolo Sorrentino hace un fresco sobre la alta sociedad de Roma y su vida tan despreocupada como vacía. Un mundo en el que nadie le importa a nadie y cada uno va en busca de su disfrute personal, a la caza del siguiente juguete con el que entretenerse un rato antes de pasar a otro. Un mundo del que ha sido participante Jep Gambardella (Toni Servillo), aunque la muerte de un amor de juventud le hace replantearse qué es lo que ha hecho con su vida y por ello no podrá evitar la melancolía de pensar en lo diferentes que podrían haber sido las cosas. O quizá no, porque Gambardella es uno de esos personajes vacíos y hedonistas que solo usa a la gente como distracción, sin comprometerse con ellos. Sorrentino nos ofrece una película brillante, una de esas cintas que no están hechas para su consumo rápido en multisalas, que necesitan que el espectador se deje llevar y se deje impregnar por su atmósfera, por su particular tono entre burlón y melancólico, al estilo de la forma de ser de su protagonista.
 
 
 
 
"Stockholm"
 
"Stockholm" está dirigida por Rodrigo Sorogoyen, director curtido en televisión y que debutó en el cine con "8 citas". Con su segunda película ha logrado premios al mejor guión y mejor actriz en el último Festival de Málaga, así como la oportunidad de llegar a unos pocos cines con un presupuesto de poco más de 200.000 euros. Dos actores, una casa y las calles de Madrid son los ingredientes de una película romántica que empieza siendo cómica y acaba siendo dramática. El chico conoce a la chica en una fiesta, muestra sus mejores armas de seducción y ella es reticente al principio. Salen a la calle y él va convenciéndola poco a poco para que vaya con él a su casa, lo que finalmente ocurre. Pero luego las cosas no serán tan apacibles como empezaron.
 
Sorogoyen tira de tópicos para acabar retorciéndolos y construir una de esas películas que empiezan acariciándote y terminan tirándote del pelo, poco apta para aquellos que usen las comedias románticas como lubricante para sus emociones. Javier Pereira y Aura Garrido componen unos personajes en los que se adivina una cierta fractura interna, preludio de lo que acabará pasando. Él es uno de esos chicos que con su labia y su sonrisilla y su buenrollismo algo postizos acaban consiguiendo lo que quieren y ella es una de esas chicas que tiene muchas capas, no precisamente agradables, debajo de su bonito envoltorio. Especialmente memorable se muestra Aura Garrido, que tiene un nombre que es metáfora de lo que la caracteriza, un "algo" muy especial.
 
El filme tiene una factura interesante a pesar de su bajo coste y muestra que el cine español puede tener más sustancia cuando se libera de la obligación de tener que gustar a todo el mundo, que muchas veces es el camino más rápido para no gustar a nadie. Una película que habla de la responsabilidad de nuestros actos, de lo que decimos y hacemos sentir a otras personas y de las consecuencias que eso puede tener.
 
 
 
"La vida de Adèle"
 
"La vida de Adèle" tiene en el naturalismo su gran baza, a la hora de mostrar la vida común de una adolescente de una ciudad francesa de provincias. Una adolescente que mira la tele mientras come, va siempre con su grupo de amigas y flirtea con los chicos del instituto, que también es aficionada a la lectura y disfruta leyendo los libros que le mandan en clase, haciendo sus propias interpretaciones de lo que lee y que practica la escritura plasmando sus pensamientos en un diario del que nunca sabemos qué es lo que llega a escribir. Adèle (Adèle Exarchopoulos) nunca se ha considerado lesbiana hasta que un día cruza su mirada en la calle con Emma (Léa Seydoux), la chica de pelo azul que remueve algo en su interior, uno de esos flechazos fugaces que quizá no se repitan, hasta que la casualidad quiere que Adèle y Emma vuelvan a encontrarse. Emma es estudiante de Bellas Artes y hará que Adèle descubra aspectos de sí misma que no conocía y que le harán crecer interiormente, en un amor que cambiará la vida de Adèle para siempre. Y mientras tanto, los espectadores somos testigos del proceso de ese primer gran amor, de su nacimiento, consolidación y decadencia, de cómo las cosas que parecían para siempre acaban por diluirse.
Pero si la película de Abdellatif Kechiche ha dado que hablar ha sido por sus escenas de sexo, en las que se deja poco a la imaginación, con ambas actrices retozando desnudas durante varios minutos. Y estas escenas son para mí el punto más discutible de la película, por resultar más propias de una (flojilla) peli porno de lesbianas. Cuesta creer que una chica que se acuesta por primera vez con otra actúe con la audacia de una actriz porno. Por eso creo que hubiera sido más ajustado ver cómo la más experimentada enseña a la novata, del mismo modo que le enseña otras cosas en la película. Es bonito ver a las dos actrices desnudas pero no siento nada en esos momentos de excitación, a los que les falta la naturalidad del resto del metraje, donde el propio director te saca de la película dejando ver el artificio (mucho mejor es una escena que tiene lugar en una cafetería y en la que hay muchas pasiones en juego, donde ahí si que se siente la pasión).

De todos modos, es un reproche menor para una película recomendable, cuyas tres horas pasan volando y dejan con ganas de más. Aún así, creo que ha sido un poco sobrevalorada como obra maestra, ya que el cine nos ha dejado varias películas de carácter romántico tan buenas o mejores que "La vida de Adèle", me da que a algunos el sexo se les ha subido a la cabeza. Con todo ello, es un filme notable y merece la pena.
 

 
 
"Rush"
 
"Rush" narra la rivalidad que en su época mantuvieron dos grandes pilotos de Fórmula 1, el británico James Hunt (Chris Hemsworth) y el austriaco Niki Lauda (Daniel Brühl), sobre todo en la temporada automovilística de 1976, en la que este último sufrió un gravísimo accidente durante una de las carreras, que casi le costó la vida y que le dejó secuelas imborrables en su rostro.
 
Aquí se nos muestra la rivalidad entre dos personalidades contrapuestas. Por un lado tenemos a James Hunt, un inglés fiestero, mujeriego y bien parecido, que cae simpático a la mayoría de la gente y para el que la Fórmula 1 es una diversión audaz, en la que pasarlo bien y dejarse llevar por el instinto es fundamental. En el otro lado tenemos a Niki Lauda, un austriaco reconcentrado, metódico y solitario, con unos dientes prominentes que le hacen ganarse el apodo de "rata", que suele caer antipático y que vive para lograr la perfección en carrera. Hunt se preocupa en salir con guapas mujeres después de cada carrera y Lauda vuelve a competir apenas 6 semanas después de un accidente casi mortal, con las quemaduras aún presentes en su cara desfigurada. Dos formas de entender el deporte y la vida y cuyo talento les llevará a enfrentarse constantemente, como metáfora del perpetuo enfrentamiento entre razón e instinto que suele darse en el ser humano.
 
 
 
 
"Tú y yo"
 
Mucho me ha gustado "Tú y yo", la última película del italiano Bernardo Bertolucci tras diez años sin dirigir a causa de una enfermedad que le ha dejado en silla de ruedas. Películas como "El conformista", "El último tango en París", "Novecento", "El último emperador" o "Soñadores", son algunos de los filmes que ha legado este legendario director a lo largo de cinco décadas de carrera.
 
"Tú y yo" cuenta la historia de Lorenzo (Jacopo Olmo Antinori), un joven de 14 años que, hastiado de la gente que le rodea y de todo cuanto sucede a su alrededor, finge marcharse a una excursión del colegio para encerrarse en el sótano-trastero de su casa durante una semana. Allí pretende vivir según sus reglas y criterios, sin preocuparse de lo que le rodea. Para su desgracia, su hermanastra mayor Olivia (Tea Falco) irrumpe como un vendaval para alterar su retiro e introducirle en la caótica realidad que se está perdiendo y que acepte que las cosas no son como uno quiere, pero pueden ser gratificantes.
 
Aquellos que, dada la habitual carga erótica de la filmografía de Bertolucci, esperen una historia morbosa entre hermanastros se van a equivocar, ya que el realizador propone una historia basada en las emociones y el mutuo conocimiento entre un chavalito que está empezando a madurar y una joven que a sus veintipocos años ha madurado demasiado rápido, frustrando su carrera como artista por adicción a las drogas. A ello ayudan las sutiles interpretaciones de Jacopo Olmo Antinori y la hermosa Tea Falco, él taciturno y receloso y ella con una vitalidad que hará que se enfrente a sus miedos y tenga nuevos deseos de aceptar las cosas como son.
 
 
 
 
"Antes del anochecer"
 
"Antes del anochecer" está nuevamente dirigida por Richard Linklater (un realizador especializado en productos más personales, como esta saga de películas y que tampoco hace ascos a encargos como "Escuela de rock" y "Una pandilla de pelotas") y protagonizada por Ethan Hawke y Julie Delpy y guionizada por los tres Y es que los tres son artífices de una saga que ha causado admiraciones diversas en su manera de tratar las relaciones amorosas de forma un poco más realista de lo que suele ser habitual en tantas comedias románticas y que con el paso de las películas ha querido ir profundizando en la relación de los personajes de Jesse y Celine y los cambios en el tiempo. "Antes del amanecer" nos ofrecía el proceso de enamoramiento de dos personajes que se conocían por casualidad y "Antes del atardecer" hablaba sobre el paso del tiempo una vez que los dos habían dejado de ser unos veinteañeros y algunos idealismos se habían quedado por el camino. "Antes del anochecer" es una mala traducción (aparte de que atardecer y anochecer viene a ser lo mismo) de "Before Midnight" ("Antes de Medianoche"), título original de la película y que no es casual porque en esta tercera parte pasan una serie de cosas poco antes de la medianoche de un día de verano.
 
Y es que esta tercera película habla sobre unos personajes que ya han cumplido los 40 años, que han ido haciendo sacrificios y dejando sueños por el camino, enterrados en el cuidado de la familia. Será en esa segunda parte de la película, cuando Jesse y Celine se quedan a solas, sin sus hijas ni sus amigos griegos, cuando el tono se vuelva más oscuro, cuando los dos ya no puedan refugiarse en sus obligaciones y acaben analizando a dónde ha llegado su relación y si era eso lo que esperaban.
 
Es ahí donde está lo mejor de "Antes del anochecer", en su honestidad al hablar de los entresijos de las relaciones de pareja, del contraste de lo cotidiano con el idealismo romántico, de cómo los inicios son siempre tan apasionados y acaban volviéndose con el tiempo mucho más mundanos e imperfectos. De cómo el amor en la vida real no tiene tanta sensiblería como en las historias ñoñas. Así que Linklater, Hawke y Delpy muestran la evolución de una relación con el paso de los años y cómo es algo que se va trabajando, que no es todo como el "fueron felices y comieron perdices" de los cuentos de hadas. Pero los desencuentros se muestran de forma más cálida y naturalista, aquí no hay la saña de otras cintas como "Revolutionary Road" (donde DiCaprio y Winslet se tiraban los trastos a la cabeza desde el minuto uno, incapaces de romper una relación tóxica). Aquí se habla de dos personajes que se quieren pero que también tienen reproches que hacerse, como tantas veces pasa en la vida.
 
 
 
 
"Stoker"
 
Cuando India Stoker (Mia Wasikowska) pierde a su padre (Dermot Mulroney) en un trágico accidente de coche el día en que cumple 18 años, su vida se hace añicos. Su impasible comportamiento oculta profundos sentimientos que sólo su padre comprendía. Cuando Charlie (Matthew Goode), el hermano de su padre, aparece por sorpresa en el funeral, decide hacerse cargo de ella y de su inestable madre (Nicole Kidman). Aunque al principio desconfía de su encantador y misterioso tío, pronto se da cuenta de que tienen mucho en común.
 

"Stoker" apuesta por un modelo de cuento gótico, con una mansión en medio de la nada en la que vive una familia un tanto curiosa, que parece vivir en otra época con sus ropas y su decoración demodé. Y tras un desgraciado incidente aparece un elemento extraño que revolucionará la vida de los que allí habitan. El coreano Park-chan Wook no se molesta en disimular al personaje del tío Charlie, que desde el primer momento parece estar tramando algo, tal y como no tardará en descubrirse. Su mayor logro es mostrar la evolución de la madre, que parece olvidar pronto que acaba de quedar viuda y la hija, esa chica que acaba de cumplir los 18 años y que empieza a salir de su encierro vital para descubrir de la mano del tío Charlie algunas cosas sobre el mundo que la rodea y también sobre si misma. De hecho, India acaba siendo el personaje más interesante de la historia, por las evoluciones que experimenta. 


Mia Wasikowska es de lo mejor de la película, con una interpretación muy contenida pero intensa de una chica retraída con perversiones y deseos ocultos. Una de esas chicas de las que cuesta saber qué es lo que les pasa por la cabeza. Porque su tristeza tras la muerte de su padre le seguirá una desconfianza hacia su tío que se irá transformando en atracción, al tiempo que se distancia de su madre, con la que nunca ha conectado.
 
 
 

 
"Amor y letras"
 

"Amor y letras" cuenta la historia de Jesse (Josh Radnor), un treintañero que vuelve a la universidad en la que estudió años atrás para asistir al homenaje de un antiguo profesor que se retira (Richard Jenkins) y que no tardará en sentirse imbuido del ambiente que le rodea. Entre medias se enamorará de Zibby (Elizabeth Olsen), una joven estudiante de 19 años con la que tiene muchos puntos en común pese a la diferencia de edad entre ellos.
 
"Amor y letras" es una película simpática y ratos emotiva con la que me he identificado en muchas cosas y al igual que su protagonista me he enamorado de esa Zibby a la que da vida una encantadora Elizabeth Olsen, que muestra la adorabilidad que en su día mostraron sus hermanas mayores Mary-Kate y Ashley cuando fueron la cándida Michelle de "Padres forzosos". A Elizabeth se la ve con maneras para despuntar si la elección de papeles y la suerte acompañan. Tanto ella como el resto del reparto están muy ajustados en sus papeles (incluso el insulso Zac Efron no desentona en un breve rol de hippy colocado) y Radnor (que aquí se toma un descanso de su Ted Mosby en "Cómo conocí a vuestra madre") demuestra su buen gusto dirigiendo historias de gente corriente, poniendo en valor la educación y la cultura para disfrutar un poco más de la vida.
 
 
 
 

"Las ventajas de ser un marginado"
 
Charlie (Logan Lerman), un joven tímido y marginado, escribe una serie de cartas a una persona sin identificar en las que aborda asuntos como la amistad, los conflictos familiares, las primeras citas, el sexo o las drogas. El protagonista tendrá que afrontar el primer amor hacia Sam (Emma Watson), el suicidio de su primer amigo y su propia enfermedad mental. Al mismo tiempo, lucha por encontrar un grupo de personas con las que pueda encajar y sentirse a gusto.
 
"Las ventajas de ser un marginado" es una película que recurre a la nostalgia del espectador mostrando lo que sucede en esos años de instituto en los que la infancia se está marchando y la madurez llega casi sin avisar. Debo confesar que me sentí identificado en muchas cosas con ese protagonista que empieza a descubrir los resortes del mundo adulto, a plantearse cosas, a creer en el amor, en la amistad como el lazo imborrable, el aprendizaje de que la pérdida es inevitable y de que pocas cosas duran para siempre. De la música que empiezas a conocer a través de otros, de lo que te sugiere, del conocimiento y las sensaciones compartidas, las pequeñas locuras donde cada momento es un mundo. Momentos que dejan muchos y variados recuerdos, que en mi caso viví más en la universidad que en el colegio.
 
A todo ello ayuda un planteamiento comprensivo con sus personajes sin caer en sentimentalismos, así como el buen trabajo de su trío protagonista, en una ambientación que remite a principios/mediados de los años 90 (los protagonistas tiran de cassettes, apenas hay CDs y hay poco rastro de ordenadores, aparte de algunos toques de moda de la época) y que tiene una alcance universal, porque es inevitable identificarse con algunas de las cuitas de los protagonistas.
 
 
 
 
"Grupo 7"
 
Sevilla. Años ochenta. Ángel (Mario Casas), un joven inteligente y ambicioso, aspira a ser inspector de policía, y entró en el cuerpo intentando respetar la ley. Rafael (Antonio de la Torre), en cambio, es un policía expeditivo, contundente y arrogante. Por su parte, Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Núñez) forman el resto del Grupo 7, un conjunto de policías sin escrúpulos, dispuestos a todo con tal de lograr sus objetivos en el departamento de antidrogas.
 
Uno de los males del cine español es querer imitar al cine estadounidense y quedarse corto, porque una cosa es querer y otra poder y cuando se pretende imitar y no se llega la cosa suele salir mal. Pero hay otras ocasiones en las que se cogen algunos códigos de las películas de Hollywood y se les sabe mezclar con toques nacionales, para darle más personalidad y que no parezca que estamos viendo una pobre imitación de lo yanqui. "Grupo 7" pertenece a este último grupo a la hora de tratar la peripecia de un grupo de policías en Sevilla que tienen formas de polis corruptos de Nueva York, pero que los ejercen en la capital hispalense, con la diferencia que ello conlleva. Alberto Rodríguez firma un "thriller" muy bien llevado, muy compensado entre los momentos de acción y la descripción de los personajes y que es de lo mejorcito que ha dado el cine español en los últimos meses. Mario Casas está bastante aceptable, pero el rey de la función es un Antonio de la Torre que me encanta cuando da vida a personajes con demonios interiores, mucho mejor que en los papeles cómicos. Su interpretación aquí hace subir muchos enteros a una película bastante interesante.
 
 
 

 
"La noche más oscura"
 
"La noche más oscura" es lo último de Kathryn Bigelow, una suerte de "rara avis" en la industria de Hollywood. Con su anterior cinta, "En tierra hostil", se convirtió en la primera mujer en ganar un Oscar a la mejor dirección y su cine, en contra de los tópicos de lo que se espera por una película dirigida por una mujer, siempre ha sido muy masculino, encaminado al thriller y a la acción ("Le llaman Bodhi", "Acero azul", "Días extraños" o "K-19"). El cine de Bigelow ha sido en varias ocasiones más testosterónico que el de muchos hombres y ocupaba un segundo plano en Hollywood hasta la llegada de "En tierra hostil", ese retrato de un grupo de artificieros en la guerra de Irak que le valió los premios más importantes de la Academia de Hollywood hace pocos años.
 
En su nueva obra la protagonista e hilo conductor del relato es Maya, una mujer de la que apenas sabemos nada sobre su vida privada, sobre sus gustos o apetencias, a la que apenas se le conocen amistades. Una mujer centrada en su trabajo, que es el de encontrar a Bin Laden, aún cuando la CIA decide darlo por desaparecido para siempre y se centra en otras cosas. Un trabajo que le hará ser testigo o incluso de crueles interrogatorios, a través de los cuales irá sacando pistas. Haciendo el chiste sobre su nombre, vendría a ser una de esas abejas obreras que no descansa hasta terminar su labor. O como ella misma se define en la película cuando le preguntan quien es, responde "I´m the motherfucker".

A todo ello ayuda la gran labor de una Jessica Chastain a la que su personaje le va como un guante, por ser una actriz de reciente aparición, apenas conocida para muchos y que está metida de lleno en el negocio y haciéndolo muy bien, en un claro ejemplo de metalenguaje entre persona y personaje. Incluso podríamos sacar paralelismos entre Maya y Bigelow, como mujeres destacando en un mundo de hombres, aunque ya eso es meternos en interpretaciones no buscadas.

Bigelow sabe manejar muy bien el ritmo de la película, que no decae en sus dos horas y media y está culminada por un excelente clímax final en la ejecución de Bin Laden, al que siempre se ve en escorzo, nunca en primer plano, como si fuera una especie de fantasma. El filme muestra una ambigüedad moral que será muy debatida, pues da a entender que se llegó a Bin Laden a base de torturar gente para que hablasen, haciendo lo necesario para lograr el objetivo sin reparar en moralidades. Sea como fuere, nos encontramos ante una película espléndida, de esas que te dejan pensando una vez has terminado de verlas.



 
 
Hay varias películas que también me han gustado, pero he querido quedarme con las que mejor regusto me han dejado en la memoria una vez pasado un tiempo, que es la prueba definitiva para ver si la película realmente nos ha gustado, si la seguimos teniendo presente un tiempo después de haberla visto. He tenido la suerte de que 2013 me haya dejado poquitas decepciones, como "Mucho ruido y pocas nueces", "Spring Breakers" o "El hombre de acero", en las que prefiero no detenerme mucho, mejor dejar su apreciación a otros que las han disfrutado. Como diría aquel, para gustos se hicieron los colores y veremos a ver lo que nos depara este 2014, que empieza con ganas con la llegada de muchas películas que estarán en la carrera de los Oscar. Aquí seguiré contando lo que me van pareciendo.

4 comentarios:

  1. Pues a mí es un año que me ha defraudado mucho cinematográficamente hablando.

    De las que nombras solamente he visto "Las ventajas de ser un marginado", que me pareció pasable nada más, y "Grupo 7", que no me gustó.

    Está bien rodada y tal, pero Mario Casas no pega nada y aunque Antonio de la Torre lo borde, su personaje al final queda muy aislado de la trama principal, como un secundario más, muy desaprovechado, y su historia con la chica me sobró totalmente.

    A ver este 2014 qué tal.

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    1. A mí la historia de Antonio de la Torre con la chica me pareció interesante, por esa manera de tratar de redimirse con alguien que representa lo que le hace albergar tanto odio en el cuerpo. Otro de los policías se ve también en una situación similar.

      Reconozco que no he visto películas como "Gravity", que ha sido muy aplaudida, pero que a mí me huele un poco a chamusquina y creo que me decepcionaría, ya me pasó con "Hijos de los hombres", la anterior de su director, muy bien considerada y que a mí me dejó frío. De lo que he visto, me ha gustado casi todo

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  2. De todas las que indicas sorprendentemente solo he visto Rush que a pesar de no ser aficionada a la formula 1 me encanto.
    Me he apuntado unas cuantas de las que comentas.

    La vida de Adele
    Tu y yo
    Stocker

    A ver que tal... :)

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    1. Fíjate que es oír hablar de Fórmula 1 en cualquier lado y trato de escapar, porque me aburre mortalmente, por eso valoro aún más la película, por saber interesarme por algo que no me gusta, como hacen los buenos profesores con las asignaturas consideradas "peñazo".

      Creo que las tres pelis que dices te pueden gustar, la de "Stoker" es la que tiene un ritmo más lento, pero al final todo encaja en ese ambiente de cuento macabro que tiene

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