jueves, 10 de enero de 2013

Cosas de la edad y del instinto



El pasado mes estuve de invitado en la boda de una amiga de la época del colegio. Una amistad curiosa, porque en el colegio nos llevábamos con algunas reticencias, yo por entonces era todavía bastante tímido y un inútil total para relacionarme con las mujeres, aparte de que iba bastante a mi bola, como un verso libre. No obstante, la relación se ha mantenido con los años y le agradecí el detalle de invitarme a su boda, que era el primer enlace nupcial al que asistía y reconozco que estuvo bastante bien. Pensé que sería algo más ñoño y sensiblero, pero hubo emociones de las buenas, de las de verdad, no de las postizas y forzadas. Se me hace curioso verme en esa foto con ella más bajita que yo, pues en la época del colegio siempre la vi más alta. Hay una foto de clase a los 14 ó 15 años en la que salgo junto a ella y apenas le llego por el hombro, claro que entonces ella ya había dado el estirón y yo estaba aún en fase embrionaria, fui de desarrollo más tardío.

Además de eso, la celebración me hizo pensar en ese curioso fenómeno de tanta gente con ganas de casarse y empezar a formar una familia a cierta edad, que a veces parece más una obligación que una elección. Veo a toda esa gente que cumple los 30 y empieza a verse madura, que necesita fijar su relación de forma oficial y tener hijos para no perder el paso, que aún hoy día muchas mujeres siguen temiendo que se les pase el arroz.

Cada vez que les pregunto sobre este tema, tengo la respuesta de que es la edad a la que hay que hacerlo, porque el tiempo juega en contra de la fecundidad femenina y si se quieren tener hijos hay que empezar en cierto momento. Y no sé, me parece siempre una respuesta más instintiva que racional, más inspirada por lo irracional, por lo animal que hay en nosotros. Supongo que esa irracionalidad la que prevalece, porque si no muchos ni existiríamos. Por lo que veo desde fuera, tener un hijo requiere un gran compromiso, 24 horas al día, 7 días a la semana, renunciar a muchas cosas y entregarlo todo por los hijos, por ello muchos dicen que tienen que dejar de ser egoístas para ser padres.

Veo cómo a mi alrededor hay mucha gente de mi edad o similar que ya se casa, que ya empieza con la paternidad y yo sigo sin sentir esa llamada, no siento esa necesidad, esa atracción instintiva. Y me pregunto si es que aún no me ha llegado la hora o seré como Maribel Verdú, que se ha cansado de comentar en los últimos años que ella no quiere tener hijos y que no siente esa necesidad por mucho que ya tenga 42 años y esté cerca de que "se le pase el arroz".

Confieso que alguna vez he fantaseado con cómo sería la descendencia que yo pudiera tener y siempre pienso que en caso de ser progenitor, me gustaría serlo de una niña, de una de esas niñas algo resabiadas y que se interesan por todo. Una especie de mezcla entre Matilda, la encantadora niña lectora que creó Roald Dahl y Kimmy Gibbler, la vecina metomentodo de los protagonistas de "Padres forzosos".




Pero como digo, eso está todavía por venir, quién sabe lo que nos deparará el futuro.

6 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, mucha gente se casa y tiene hijos porque parece que es lo que toca, como si fuera obligatorio, es una bobada.

    Yo tampoco siento esa sensación que me apremie a ser madre ni a casarme, y menos tal y como está la cosa.

    También he fantaseado con mi posible prole, y también me molaría tener una niña en plan Lindsay Lohan en "Tú a Londres y yo a California", pero la americana, la gemela inglesa es demasiado pijilla.

    Mejor que la "Padres forzosos" me caía Six, la amiga de Blossom :)

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    1. Hombre que bien, pues Six era otro de mis personajes televisivos favoritos, me caía mejor que la propia Blossom, creo que es una buena alternativa a Kimmy, jeje.

      Lo de hacer las cosas porque es lo que toca es algo que siempre me hace reaccionar del modo contrario, necesito que salga de mí o si no como que paso.

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  2. Tengo 35 años recién cumpliditos, cuando era mucho más joven decía que sería madre antes de los 30 y ya ves, cada vez me apetece menos y cada vez estoy más segura de que no hay una edad para cosa, sobre todo si lo que haces lo haces por que te has escuchado a ti mismo/a y por que lo quieres realmente. Es imposible que si es así, todos/as nos comportemos igual según la edad. Yo cuando cumplí los 30 decidí que ya no me preocuparía más por la edad, que viviría como me apeteciese y/o como me surgiese sin agobios de edades, ni de vejez ni tonterías varias. Ahora mismo no quiero ser madre, igual dentro de 5 si, pues si se puede lo seré dentro de 5 y si no pues nada. No me gusta la gente que te dice lo que tienes o no tienes que hacer según la edad que tengas, o que para criticar a ciertas personas y ciertas conductas se escondan en el síndrome de Peter Pan o en la falta de madurez. Lo importante es hacer lo que verdaderamente siendo fiel a uno mismo.

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    1. Pues mira, tú hiciste planes de lo que estarías haciendo a tal edad y comprobaste que eso acaba siendo un poco inútil. Porque hay muchas cosas que no controlamos y que no dependen de nosotros mismos, como para querer cumplirlas en un momento concreto.

      Me quedo con tu última frase, tiene mucha verdad.

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  3. La entrada es increíble (Bueno, increíble es tu manera de escribir).

    Me ha dado por pensar en la cantidad tan pequeña de amistades que sobreviven al paso del tiempo, a sus arañazos y a sus jirones hacia nuevas vidas, en las que se conservan esos amigos que nacen en la rutina del colegio. Pero es ahí, dónde nos podemos dar cuenta de que las cosas buenas, aguantan bajo cualquier tormenta.

    Con el tema de ser padres y tener algún que otro hijo (Hijo y medio, según dice una de mis profesoras de la universidad, que es dónde se ha quedado la media de la natalidad en España), resalto esta frase que me ha llegado : "Por lo que veo desde fuera, tener un hijo requiere un gran compromiso, 24 horas al día, 7 días a la semana, renunciar a muchas cosas y entregarlo todo por los hijos, por ello muchos dicen que tienen que dejar de ser egoístas para ser padres".

    En realidad, hay que renunciar a bastantes cosas. "Hay que empezar a sentar la cabeza de una vez" (sin dejar de ser un niño, esto lo añado yo), como dice mi abuelo.
    Si no fuera por ese instinto animal y esa necesidad de supervivencia, como bien has dicho, ni tú estarías aquí y yo mucho menos aún. Jajaja

    Que no me enrollo más, que cuando me da por escribir o hablar sobre algo... no paro.

    Un saludo.

    http://retales-de-mis-noches-de-insomnio.blogspot.com.es/

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    1. Sí, a veces el tiempo corre en nuestra contra y estropea cosas que creíamos inamovibles, eso es algo que siempre me preocupa.

      Y el tema de la paternidad es complicado, no es cosa fácil, que no es lo mismo ver a un bebé un rato y decir lo mono que es y tener que ser el responsable de su crecimiento y su educación durante varios años. Hay muchos sacrificios de por medio, ese dicho de sentar la cabeza parece muy cierto.

      Me alegro de que te guste el blog, puedes pasar cuando quieras

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