martes, 22 de mayo de 2012

El primer amor




Este fin de semana acudí al cine a ver "Un amour de jeunesse", una de esas cintas europeas que llegan de tapadillo y se estrenan en pocas salas de versión original. De esa vía a veces llegan algunos pestiños pretenciosos, aunque afortunadamente no es el caso de este filme.

"Un amour de jeunesse" cuenta la historia de Camille (Lola Creton), una chica que descubre el amor pasional en su adolescencia de la mano de Sullivan (Sebastian Urzendowski). Cuando él se va a Sudamérica, ella queda destrozada y tarda un tiempo en recuperarse. Años después, ella dedica su vida a la arquitectura y ha entablado otra relación amorosa con un maduro arquitecto. Será en esta situación cuando los caminos de ella y de Sullivan vuelvan a cruzarse.

"Un amour de jeunesse" es la tercera película de la directora francesa de origen danés Mia Hansen-Love, que empezó como actriz antes de ponerse detrás de las cámaras y que aquí se inspira según ella  en sucesos autobiográficos a la hora de hablar de la pasión y la inocencia del primer amor. A través del personaje de Camille asistimos a los efectos de ese primer enamoramiento, tan entregado y tan radical, en el que cada momento y cada detalle es un mundo. En el que el amor es la experiencia más intensa, para lo bueno y para lo malo.


Camille ama con toda su alma y descubre el dolor del desamor cuando Sullivan le deja. Pasado ese momento de desencanto, ella reconstruye su vida y cuando ambos se reencuentran años después se dan cuenta de la mella que ha causado el paso del tiempo, ya han dejado de ser aquellos críos tan entregados, especialmente en el caso de ella.


Cabe destacar la sencillez y naturalidad con la que Hanson-Love narra la historia, sin recurrir a efectismos ni pretenciosidades típicas del cine de autor. Todo lo que se ve en pantalla desprende realidad y verismo, sin afectación. A todo ello ayuda la estupenda interpretación de Lola Creton como la melancólica Camille. Siendo una adolescente real ( la actriz tenía 16 años cuando rodó el filme), da vida con convicción a su personaje, resultando también creíble como veinteañera.


Una película de las que dejan un poso agridulce una vez vistas y con la que todos nos podemos identificar por las cosas que cuenta, por los sentimientos universales que trata, por esos primeros amores que en su momento fueron el centro del Universo. Una de esas cintas que tiene la capacidad de hablar de la vida y de los momentos que la componen.

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