jueves, 24 de mayo de 2012

30 años



Hace pocos días ha sido mi cumpleaños y he alcanzado la treintena, ya he llegado a la cifra en la que algunos ponen la primera gran crisis vital. Cuando se llega a los 30 dicen que se experimenta un conflicto entre lo que se es y lo que se debería ser. La gente es todavía joven, pero cruzando el umbral ya se plantean cuestiones de la edad adulta, los cambios que deberían haber tenido en su vida, como si ya todo dejara de ser Jauja. Imagino que habrá gente que tenga ese sentimiento, pero no es mi caso, mis crisis vitales no entienden de edad y llevo padeciéndolas desde años (y lo que seguirán).
¿Qué se supone que tendría que hacer con mi vida? ¿Formar una familia? ¿Casarme y tener hijos? ¿Un trabajo estable, una casa en propiedad y un camino marcado? ¿Dejar de hacer cosas que se hacen en la adolescencia y juventud? Pues va a ser que no, en parte porque no puedo (no tengo novia y tampoco tengo trabajo en estos momentos) y en parte porque no quiero, siempre he sido muy resistente a seguir la senda que me marcan y creo que esos cambios no los dicta el alcanzar una determinada edad. Son cambios que deben hacerse cuando sea el momento. Si empezara a enumerar la de cosas que he hecho a destiempo, me daría para unas cuantas entradas.

Me veo a mi mismo y me comparo con como era hace unos años y noto los cambios.  Ahora me veo un poco más calmado, me como menos la cabeza que antes, aunque sigo teniendo la característica de darle muchas vueltas a las cosas, lo que a veces viene bien y otras mal. Ahora me veo un poco más experimentado, lo que me ayuda a ver venir ciertas cosas, a saber que es lo siguiente cuando se empiezan a dar una serie de circunstancias ya vividas anteriormente. De todos modos siempre se está aprendiendo y algunas de las convicciones que parecen firmes terminan cambiando con la experiencia. Por ejemplo, yo ahora vivo en una ciudad que hasta hace no mucho tiempo detestaba y en la que ahora me siento a gusto, por haber tenido la buena influencia de una persona que me hizo darme cuenta de la equivocación de esa idea negativa que tenía. Y así supongo que me habrá de pasar con muchas otras cosas de aquí en adelante.
El caso es que más allá de la cifra de años, los cumpleaños son siempre para mí un día de reflexión, un día en el que hago balance de lo que es mi vida y por ello son días complejos. Me acuerdo de gente que estuvo y ya no está, de los que todavía están y lo que he hecho por ellos y ellos por mí. Por eso siempre digo que yo no pido regalos en los cumpleaños, me doy por contento con felicitaciones sinceras, las que salen desde el corazón. Y dentro de ellas me encantan las felicitaciones elaboradas, las que necesitan de más de dos minutos para ser escritas. Me gusta hacer este tipo de felicitaciones a la gente que quiero cuando son sus cumpleaños, decirles lo que suponen para mí. Ahora, en la era de la inmediatez en Internet, eso se estila poco y se llevan las felicitaciones breves, un poco rutinarias. No voy a ser un hipócrita, pues yo también lo hago, aunque suele ser con la gente con la que apenas tengo ya contacto.
Con todo ello, hay días de cumpleaños en los que parece notarse más que en otros la huella que has dejado en los demás, el interés y el cariño que suscita tu persona. Habrá quien dirá que le doy demasiada importancia, ya sea para bien o para mal, a todo esto. Que al fin y al cabo los cumpleaños son días como cualquier otro y que todas esas cosas que he manifestado se deben probar los 365 días del año, no sólo por una felicitación puntual puedes medir el cariño que te tiene otra persona. Pues también es verdad.

6 comentarios:

  1. Me está pareciendo que la crisis de los 30, en esa edad concreta, es más fuerte en las mujeres.

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    1. Sí, es posible, a muchas les vienen esos pensamientos equivocados de que se hacen mayores y se les va a pasar el arroz. Cada cosa tiene su momento, no hay que ser esclavos de la edad

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  2. vaya que callado te lo tenias eeee. Felicidades guapeton! aunque sea con atraso.
    Lo de la crisis de los treinta no tiene porque ser negativo ni tiene porque ser plantearse tener una casa una mujer y un hijo. Yo tenia todo meno el hijo cuando cumpli treinta,y aun asi hubo un cambio en mi... comencé a platearme ciertas cosas trabaje para cambiarlas y mi vida dio un rio.y no hablo de romper con la pareja.
    Mi tia (una mujer mu sabia...) me dijo que a los 30 te planteas si te gusta tu vida tal como esta y eso lo que me sucedió a mi. A mi me encanta cumplir años y le doy mucha importancia a ese dia (aunque sea una chorrada) y en cambio este año que cumplo 35 lo tengo un poco atragantado sera lo del reloj biologico...

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    1. Muchas gracias, se agradece igualmente. Lo que comentas viene a ser un caso de como la edad no tiene que influir en las decisiones vitales. Hay que hacer las cosas cuando sea el momento, no tanto cuando se alcance un determinado número

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  3. Buenas, vengo del blog de Celia, y he estado echando un vistazo a tu blog... tiene buena pinta si. Y esta entrada me ha gustado especialmente. Yo, como Celia estoy a punto de los 35y los 30 al contrario que a muchos es de los cumpleaños que mejor recuerdo, yo paso bastante de ellos, me da igual que me feliciten o no. El caso es que con tanta crisis de los 30, acabé hasta las narizes y decidí organizar un fiestón y así fue, fiesta de cumple como cuando era peque, se que ahora están de moda, pero de aquellas no jaja!! y como no la fiesta fue de disfraces, y eso me dio mucha energía y seguridad para llevar el año y fue un punto de inflexión en mim vida, y es que como tu dices, cada uno siente y piensa independiente de la edad y debemos escucharnos y hacer las cosas cuando nos apetezcan y no cuando los demás quieran.Y aunque siempre había pensado así, lo interioricé de verdad a los 30. Lástima que la sociedad no nos dé mucho margen. Bueno y este año con los 35 vamos, va a ser otro fiestón inigualable...

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    1. Pues bienvenida, espero que te guste el blog. Sí, la clave de todas esas crisis de edad es la actitud, aunque cada edad tiene su momento es cierto que la edad está en la mente de cada uno, así hay gente que es más infantil y gente que es más madura. Hay que saber madurar pero siempre es bueno mantener un toque infantil.

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