martes, 9 de diciembre de 2014

Cosas de la escritura

Los países escandinavos (Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega) siempre han sido puestos como ejemplo de cómo se deben hacer las cosas, por el alto nivel de vida del que gozan sus ciudadanos y la buena consideración de su sistema educativo. Y por otra parte, son lugares con un alto índice de enfermedades mentales y suicidios, seguramente influidos por un clima poco agradable, con muchos meses de frío y escasas horas de exposición solar que afectan a sus gentes. Todo ello ha sido reflejado a través de ciertas manifestaciones culturales, como la novela negra, de gran éxito en aquellas latitudes (y no sólo por la famosa trilogía de Stieg Larsson) y con tramas donde siempre acecha el caos y la sinrazón bajo el orden aparente. Algo a lo que tampoco ha sido indiferente el cine, con autores como Ingmar Bergman, Lars von Trier o los hermanos Kaurismaki, que siempre han retratado, cada uno a su manera, al ser humano y el sentido de la vida con un alto índice de bizarrismo. Unos países que, a pesar de todo, nos superan en muchos aspectos, algo que viene sucediendo desde hace décadas, cuando en Suecia se producían películas en las que se hablaba abiertamente de sexo y sus mujeres se lucían en bikini por las playas de nuestro país. Mientras por aquí las españolas iban a misa diaria del brazo de sus madres y los hombres creían que aquellas suecas estaban dispuestas a todo, algo bien reflejado en las comedias de aquel entonces.
Estos días se ha conocido que Finlandia dejará de enseñar la escritura manual cursiva a los alumnos de las escuelas a partir de 2016, debido al peso cada vez mayor de las nuevas tecnologías y el uso masivo de dispositivos digitales para escribir cualquier cosa. Han concluido que en un mundo cargado de teléfonos móviles, tabletas y similares no tiene mucho sentido enseñar a alguien a escribir a mano y prefieren hacer más hincapié en la mecanografía, que es lo que los pequeños tendrán que usar en la mayoría de casos. Curiosamente, se deja de enseñar la escritura cursiva (la de toda la vida, en la que cada uno escribe las palabras con la forma que prefiera, dentro de la referencia existente), pero se mantiene la enseñanza para escribir con mayúsculas, mucho menos usada y que es algo que hemos tenido que hacer alguna vez para hacernos entender los que tenemos letra poco entendible.



Mi letra sigue siendo tal como la aprendí en los primeros años de escuela, en esas cartillas donde te ponían la letra en la parte de arriba y tú la reproducías en la parte de abajo tal cual. Ahí aprendí a encajar las letras en un cuadrito y a escribir en línea recta, siguiendo las guías de los cuadernillos y luego lo he seguido haciendo en folios en blanco, como si siguieran teniendo delante esas guías. Muchos que han visto mi letra dicen que parece la de un chaval de Primaria y es así, cuadradas y bien distanciadas las palabras, que a mí me parece mucho más clara que esas letras arrastradas que escriben muchos, que parecen garabatos en los que cuesta entender donde acaba una letra y donde empieza la siguiente. Sin embargo, aunque me parecieran letras sencillas, muchas veces he tenido que traducir lo que había escrito.





Muchos han criticado lo de volcarse únicamente en la escritura digital y perder la costumbre de escribir con un bolígrafo sobre el papel, pero lo cierto es que pueden tener razón los innovadores. Yo recuerdo que cuando estudié la carrera tuve a dos profesores que se empeñaron en seguir en las costumbres antiguas y ya entrado el siglo XXI nos hicieron maquetar una página de periódico con tipómetro manual (cuando todas las maquetas de periódicos se hacían y se hacen con programas informáticos) y a escribir noticias con máquinas de escribir cuando todos teníamos ordenador en nuestra casa y ni el escritor más viejuno usaba ya la máquina para escribir. A todos nos pareció ridículo y sin sentido hacer eso y sin embargo a los profesores les pareció magnífico para que supiéramos cómo funcionaba el oficio en años anteriores, como puede suceder en unos años con la escritura a mano, que puede quedarse tan demodé como la escritura a máquina y algunos la seguirán defendiendo contra viento y marea.







Y esto lo digo siendo uno de los que tiran de escritura manual cada dos por tres y viéndome más perdido que un pulpo en un garaje a la hora de escribir en una pantalla táctil, que si volviera a recibir clases tomaría apuntes con boli sobre papel y no escribiendo directamente en el portátil, que es lo que ya hacen muchos. Yo sigo escribiendo en papel muchos de mis pensamientos aquí volcados y tengo un cuadernillo con ideas para futuras entradas y muchas veces me viene bien para desarrollar mis pensamientos, pues soy más rápido escribiendo con un bolígrafo que con un teclado, donde solo empleo los dedos índice de cada mano (me resulta admirable esa gente que escribe en un teclado con los diez dedos como si tal cosa), pero sé que el futuro inmediato, nos guste o no, está en lo digital. Ya hace siglos, muchos echarían de menos la piedra cuando empezó a escribirse y dibujarse en papiro y la invención de la imprenta despertó no pocos recelos ante la posibilidad de que los libros se imprimieran en máquinas y dejaran de escribirse a mano, algo que hacían esos monjes amanuenses que con sus manos transmitían el saber antiguo. Mientras esperamos que los teclados se impongan del todo, los viejunos para la tecnología seguiremos disfrutando de los trazos sobre el papel y de esas escrituras tan enrevesadas o tan infantiles, que tantas pistas pueden darnos sobre la forma de ser de la persona que las escribe, como dice la grafología, esa especie de ciencia de la escritura.




2 comentarios:

  1. Pues a mí me duele, no te creas. Y eso que soy de las de los diez dedos ... y letra horrible, pero no sé ¿de verdad no van a saber escribir??

    Lo de la mayúscula es aún más misterioso ¿quién escribe en mayúscula pero no en minúscula?

    Qué mundo más raro y qué desmitificados tengo ya los países nórdicos.

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  2. Eso imagino que se referirá a la escritura que es más parecida a como ser ve digitalmente, donde la letra es uniforme y da igual cómo escribimos cada uno, los tipos de letra son comunes.

    Veremos a ver si finalmente sale adelante o se queda en un proyecto fallido, pero lo cierto es que el mayor peso de lo online se deja notar y dentro de unos años lo raro será tomar notas a mano, como ahora es el que no manda Wassaps, por ejemplo.

    Por cierto, a pesar del nivel de vida, tampoco me iría a vivir allí, soy demasiado español para aguantar aquellos usos, jajaja

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