martes, 14 de octubre de 2014

"Perdida". El espectáculo del morbo



En los últimos días se ha hablado (y se sigue haciendo) por activa y por pasiva del primer contagio de la enfermedad del ébola en España, el de una enfermera que se contagió mientras trataba a un religioso que fue trasladado desde África para ser cuidado en su país de origen, ante la falta de recursos que hay por aquellos lares para combatir la enfermedad. Creo que todo el mundo conoce el revuelo que se montó con la ejecución del perro de la enfermera contagiada, por ser sospechoso de ser también portador de la enfermedad, para evitar más contagios. Así, por obra y gracia de las redes sociales, hemos sido testigos de montones de opiniones que pedían la salvación del infortunado can y que pedían (medio en broma medio en serio, imagino) la ejecución de la ministra, que en sus apariciones públicas ha demostrado que el reparto de los ministerios no se hace tanto por conocimientos sobre el cargo que van a ocupar como por “otras habilidades” políticas, para conseguir los mejores asientos. Tras acusaciones entre unos y otros para ver quien tenía la culpa, ha quedado claro que es un grave error desviar fondos de Sanidad para pagar la fiesta de aquellos que se lo han llevado crudo de bancos y cajas de ahorro. Un error que espero que la gente sea capaz de verlo a la hora de dar su voto para próximas elecciones y que no se queden en ridículos comentarios sobre si se debería matar a una ministra en lugar de a un perro, ridiculeces a las que se ha apuntado algún intelectual que deja claro que todos podemos caer alguna vez en la tontería.




Valga todo esto a modo de introducción para hablar del espectáculo que siempre se crea con cada fenómeno que nos pilla de cerca. Un contagio o una muerte de ébola en África o en Estados Unidos nos importa bastante poco, pensamos “qué pena” y seguimos con lo nuestro, pero cuando sucede cerca de la puerta de casa la cosa ya cambia, todo el mundo tiende a movilizarse cuando ve su supervivencia amenazada, es cosa del instinto. Y ese es uno de los temas que trata la película de la que voy a hablar en la entrada de hoy. Me refiero a “Perdida”, de David Fincher.




El día de su quinto aniversario de boda, Nick Dunne (Ben Affleck) descubre que su esposa Amy (Rosamund Pike) ha desaparecido misteriosamente. Pero pronto la presión policial y mediática hace que el retrato de felicidad doméstica que ofrece Nick empiece a tambalearse. Su extraña conducta lo convierte en sospechoso y todo el mundo comienza a preguntase si Nick mató a su esposa.



“Seven” y “El curioso caso de Benjamin Button” me parecen las mejores películas (de más joven también me fascinó “El club de la lucha”, que se me cayó bastante la segunda vez que la vi) que ha hecho un director no tan conocido por el gran público como un Spielberg o un Scorsese (en el tráiler de “Perdida” ni siquiera destacan su nombre), pero que es idolatrado por gran parte de la crítica, que incluso tiende a sobrevalorar  y a considerar oro todo lo que hace (trabajos como “Zodiac” o “La red social” dan buena fe de ello). Si buscamos una conexión entre toda su obra podemos deducir un vivo interés en el lado oscuro del ser humano, algo que también queda de manifiesto en su último filme.

 
No resulta fácil hacer una crítica de “Perdida” sin destripar partes esenciales de una película que tiene varios giros de guión a lo largo de sus casi dos horas y media de metraje. La premisa de la mujer desaparecida repentinamente es solamente el punto de partida para la historia urdida por Gillian Flynn, primero en formato de novela y ahora adaptándose a sí misma haciendo de guionista de la cinta de Fincher. Uno de los errores de muchos cineastas es tratar de buscar la originalidad a toda costa, de decir “esto está muy visto” y de querer dar el siguiente paso aún haciendo el ridículo o de espectadores que lo están esperando y se tragan auténticos bodrios con pretensiones. Lo cierto es que (casi) todo está ya inventado y es en las historias de siempre donde están los inicios de buenas o grandes películas, todo depende de las manos en las que se pongan.  Cuando acabo de ver “Perdida” no dejo de pensar que lo que acabo de ver no deja ser un argumento que podría encajar en un telefilme de sobremesa o en uno de esos culebrones de baratillo donde cada momento trascendente se destaca con un “tatachán” de la música. Pero sin embargo, Fincher tiene el oficio suficiente como para ir más allá de todo eso.




“Perdida” nos habla de un pueblo del estado de Missouri en el que todo es apacible hasta que las cosas se complican y sale a relucir lo peor de cada uno. Nick Dunne es un hombre respetado por su carácter apacible hasta que empieza a ser señalado como sospechoso de la desaparición de su mujer y muchos de sus vecinos empiezan a mirarle con malos ojos y los programas sensacionalistas de televisión que se hacen eco del caso no dudan en culpabilizarlo abiertamente, alimentando la espiral de hostilidad. Da igual que no existan pruebas contra Nick, todo parece señalarle como culpable y con eso basta para una masa embrutecida por el morbo y por la necesidad de buscar un chivo expiatorio.



Fincher nos ofrece con mucha ironía todo este panorama y muestra su buen ojo en la elección de Ben Affleck como protagonista, un actor que cuenta con muchos detractores por su limitada capacidad interpretativa y que ha encontrado su redención en una interesante carrera como director (“Adiós pequeña, adiós”, “The Town. Ciudad de ladrones” y la oscarizada “Argo”), aunque sigue siendo objeto de polémicas, como cuando mucha gente protestó por su elección para ser el próximo Batman en la gran pantalla. De este modo, Affleck es pintiparado para dar vida a ese personaje que no parece meterse con nadie y sobre el que recaen una serie de acusaciones y presiones.



No quiero olvidarme tampoco de la otra piedra angular de la historia, la mujer perdida del título, sobre la que es mejor decir lo menos posible para que el espectador descubra lo que sucede con ella. La británica Rosamund Pike interpreta a un personaje que a buen seguro la hará dar ese salto que prometía desde hace años, tras debutar como chica Bond en “Muere otro día” (una de las cintas más infames de la saga Bond, que jubiló a Pierce Brosnan del personaje). Pike ha estado en películas como “Orgullo y prejuicio”, “Los sustitutos”, “Jack Reacher” o “Bienvenidos al fin del mundo”, mostrando su pálida belleza y siempre como comparsa del protagonista de turno. En “Perdida”, su Amy es pieza fundamental de la narración y le da la oportunidad de mostrar sus habilidades interpretativas, al servicio de un personaje que a buen seguro será recordado con el paso de los años.

 

Si Affleck y Pike están a la altura de las circunstancias, también lo están el resto de secundarios de la cinta, cada uno en su cometido. Así, cabe destacar a Neil Patrick Harris (el Barney Stinson de “Cómo conocí a vuestra madre”) en el ambiguo rol de un antiguo amante de Amy y Tyler Perry (popular entre el público yanqui por sus películas donde se disfraza de mujer mayor negra, como si fuera un Eddie Murphy o un Martin Lawrence de saldo y que es otro triunfo particular de Fincher, al convertir a alguien tan aparentemente inadecuado en un actor notable, como ya hiciera con Justin Timberlake en “La red social”) dando vida al abogado de Nick.




A pesar de sus casi dos horas y media de duración, Fincher compone una película muy entretenida, donde se mantiene la expectación por lo que va a suceder y juega con el espectador al estilo de Hitchcock, dejando momentos logrados de intriga y humor negro que habrían gustado al maestro del suspense. Una película que tiene también algunos ecos de Bergman en su retrato de las relaciones matrimoniales y  la diferencia sobre lo que somos en realidad y los papeles que asumimos en las relaciones con otras personas o cómo los otros nos ven. Una película que acaba con el mismo plano con el que empieza, cuando las circunstancias son muy distintas tras el viaje que hemos hecho y lo que podíamos intuir al principio cambia totalmente cuando lo volvemos a ver al final. Solamente ese plano es una muestra de que tras la cámara hay alguien que sabe lo que se hace.



Una vez vista la película queda la duda de saber si aguantará un segundo visionado, una vez conocidos los giros de la trama. Pero no cabe duda de que en su primera vez vale la pena como entretenimiento apto para público generalista y paladares más refinados, algo de lo que no todas las películas pueden presumir. Una película que a buen seguro gustará a muchas parejas (en mi sesión salieron varias debatiendo vivamente lo que acababan de ver) y que gustará menos a los que la encuentren misógina, una acusación para mí absurda, pero que seguramente resonará por ahí. Como decía al principio y el filme nos muestra, la reflexión exagerada sobre algo sin analizarlo en profundidad está a la orden del día.


6 comentarios:

  1. Hola!
    Tengo sentimientos contradictorios. Yo me leí el libro.... y no me gustó nada. Simplemente, no me metí en la trama, no me creí la historia ni a los personages. Todo el espectáculo montado no me cuadraba, no sé. Una opinión muy mía, porqué a mucha gente sí le encantó el libro.

    Ahora me debato entre ir al cine a ver la peli o no. ¿Segunda oportunidad? Si la historia ya no me gustó.... aunque quizá me sorprende.
    Añadir que yo seguramente soy de las que ve la historia algo... no diría misógina pero que no me gusta nada la actitud de ella ni los pensamientos retorcidos ni como afrontan los problemos amorosos que tienen.

    En fin, qué opinas?

    Besos :) Te voy leyendo!

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    1. Hola de nuevo, Aiodi

      La peli es bastante entretenida y dicen que bastante fiel a la novela, de hecho la propia autora se ha encargado de la adaptación, así que si no te gustó igual tampoco la peli te mola. O igual sí, que del mismo modo que si un libro te gusta mucho y la peli menos, a ti te puede pasar al contrario. Prueba a ver.

      La peli si que puede ser interpretada como misógina, pero creo que es algo equivocado, porque hablar del comportamiento de alguien no tiene por qué ser representativo de nadie más. Si sale un hombre malo no voy a decir que la peli es feminazi por poner al hombre de malo, entiendo que es un personaje y que representa a gente de por ahí que es mejor tener lejos. He conocido a mujeres encantadoras y auténticos bichos asquerosos y ambos tipos pertenecen al mismo sexo, así que no es justo generalizar. Es como cuando oigo a una mujer disgustada decir que los tíos somos unos cabrones, que es una tontería absoluta, porque los hay de todo tipo, la inteligencia está en saber calarlos y resguardarse de los cabrones, no en culpar a la lluvia porque moja.

      Tienes tu blog abandonado, ya te hacía lejos de la blogosfera, a ver si te animas y vuelves un día de estos, yo te leeré.

      Besos

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  2. No sabía que era el director de todas esas pelis, resulta que he visto bastantes y todas me han gustado en mayor o menor grado. Ahora bien, he leído por ahí que es una peli muy retorcida, y eso me echa para atrás.
    Sobre los actores, ninguno me entusiasma especialmente, quizá me llama la atención ver a Neil Patrick Harris en una peli así, pero vamos, podré contener mi curiosidad.

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    1. Sí, es una peli con giros pero muy comercial, no es una cosa de ambiente insano como podían serlo otras películas del director como "Seven" o "El club de la lucha". De hecho, por lo que estoy viendo va gustando más al gran público que a los paladares más exquisitos, por esa trama que tiene, algo culebronera si se desmenuza un poco. A mí me ha gustado y la vería otra vez, pero tampoco es lo mejor que ha hecho su director

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  3. ¡Hola!
    Después de leer tu entrada me entran bastantes ganas de ver la película, no tanto por el argumento y la dirección (aunque la pones tan bien que influye), sino por lo que dices de la actriz Rosamund Pike. Tampoco es que haya visto muchas pelis en las que salga, pero me parece que, o como actriz es regular o hay algo de humor británico en sus interpretaciones que no entiendo…
    Por Ben Affleck también la vería, que sí que como actor es de poco expresivo para delante, pero como director me tiene ganada, y está “apañao”, todo hay que decirlo.
    Un saludo

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    1. Es gracioso lo que dices de Affleck, porque hay una escena de la peli en la que está hablando en público y una chica dice que está muy bueno y su compañera dice que parece un pirado y se hacen muchas bromas sobre lo acartonado que es emocionalmente el personaje al que interpreta. Por eso Fincher ha tenido buen ojo al elegir al actor.

      Sobre Rosamund Pike, creo que el personaje que hace está interpretado con el tino suficiente para no caer en la caricatura y llegar al público con la pretensión deseada. No he visto todas sus películas, pero creo que es su mejor interpretación, que coincide además con no tener que limitarse a ser mujer florero, el mal que sufren muchas actrices.

      Saludetes

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