viernes, 11 de julio de 2014

Mis historias con Coldplay

El pasado 19 de mayo cumplía 32 años y en una feliz casualidad también salía a a luz "Ghost stories", el nuevo disco de la banda británica Coldplay, mi grupo favorito. Un álbum de carácter más intimista que algunas de sus últimas producciones y que habla de desamores y relaciones amorosas rotas. Quién sabe si por influencia de la separación de su cantante, Chris Martin, de la actriz Gwyneth Paltrow, con la que ha estado durante una década.


Coldplay se formó a finales de los 90 y lo componen su cabeza visible, cantante y ocasional teclista, Chris Martin, el guitarra Jonny Buckland, el bajo Guy Berryman y el batería Will Champion. Sacaron su primer disco con la llegada del siglo XXI, en el año 2000 y lo llamaron "Parachutes", un disco que fue muy bien recibido y que llegó a ser premiado con un Grammy al mejor álbum de rock alternativo.



Fue por una canción de este disco por la que conocí al grupo, una canción que sonaba en un anuncio que emitían varias veces por la radio en aquella época y que usaba la canción "Trouble". Busqué información por Internet en una página que te decía qué canciones sonaban en los anuncios y me mostré interesado por saber más de ese grupo.


Aprovechando la existencia de una tienda de mi ciudad natal que alquilaba discos musicales como los videoclubs con las películas, fue a ver si tenían algo de esos Coldplay y me encontré con el "Parachutes", que alquilé y que estuve escuchando varias veces en los tres días que tuve de plazo y que me gustó tanto que lo grabé en una cinta de cassette. Los que sean más jóvenes que yo, los que hayan crecido con Spotify, Youtube y similares, esto les sonará a muy antiguo, pero son cosas que yo hacía cuando rondaba los 20 años, no hace tanto en tiempo real, aunque una barbaridad en tiempo tecnológico, siempre tan raudo en dar el siguiente paso. El caso es que me gustó mucho aquel disco, cuyo sonido tristón y evocador conectaba mucho con mi sensibilidad juvenil de entonces, algo torturada y tendente a  la melancolía y así hubo no pocos viajes desde mi ciudad natal a aquella en la que estudié en las que escuché una y otra vez las canciones del disco. Lo que no sabía era el éxito que estaba teniendo y que estaba a punto de aparecer un nuevo volumen de esos muchachos ingleses que sonaban tan tristones, "A Rush of blood to the head", que incluso me sorprendió que se anunciara en televisión. Un disco que daría lugar a algunos de los clásicos de Coldplay, como "In my place", "The sciencist" o "Clocks", cuya melodía sonaba en los anuncios del álbum.


Yo seguía en la universidad y haciendo muchos viajes de ida y vuelta en autobús, en los que ya tenía para escuchar dos discos de Coldplay, que sintonizaba en función de mi estado de ánimo. Si "Parachutes" es muy intimista y muy oportuno para los momentos de bajonazo autocomplaciente, "A rush of blood to the head" empieza a subrayar en algunas canciones el tono épico que será marca de distinción de Coldplay para muchos. El éxito del grupo fue aumentando y su público también, ampliándose de los buscadores de novedades musicales al público masivo, algo que empezó a ser mal visto por los culturetas de turno que defienden con ridícula e infantil testarudez que si algo pasa a ser masivo se convierte en algo malo. En ese ambiente llegó en 2005 "X&Y", el tercer disco de Coldplay y el techo de la banda, tanto para sus defensores como para sus críticos, que aumentaban en la misma medida.


He leído y oído muchas opiniones de que este disco es el peor de la banda y que es la cima de lo más criticable de Coldplay, de su tendencia a la balada épica diseñada para que la coreen los estadios llenos de gente. Para los críticos, Coldplay había abandonado la senda musical de Radiohead para caer en la de U2, como si eso fuera un problema, como si lo que hacen Bono y los suyos fuera música de usar y tirar, aunque ya se sabe que es el esnobismo es muy libre. En lo que si estoy de acuerdo es que "X&Y" fue el paso definitivo en la depuración del sonido Coldplay, una muestra de un sonido que había evolucionado de disco a disco y que podía ser melancólico sin ser depresivo. Este álbum es para mí el favorito de todos los que ha sacado el grupo y el que, con diferencia, he escuchado más veces de principio a final, con canciones como "Speed of sound", "Fix you" y "Talk" (diría que mi favorita del grupo). Gustara más o menos a los críticos o a los indies, el disco fue el más vendido del año 2005 y número uno en varios países. Coldplay era la banda de moda y sus conciertos, efectivamente, llenaban estadios donde los fans coreaban sus canciones.


En 2008, quizá influidos por algunas críticas que decían que podían empezar a repetirse, Chris Martin y su chicos sacaron a la luz "Viva la vida or death and all his friends", producido por Brian Eno, al que ficharon para explorar nuevas sonoridades que se acoplaran al sonido ya característico del grupo. El cuadro de "La libertad guiando al pueblo", de Delacroix, se usó para la portada de un álbum que es el que menos me ha gustado de Coldplay y una decepción tras los buenos momentos pasados con "X&Y". La canción "Viva la vida", al parecer inspirada o plagiada de otro músico (y casi que me alegro, porque la detesto profundamente), se convirtió en todo un himno y un fan de Coldplay como yo tuvo que aguantarla a diestro y siniestro con ganas de oír cualquier otra antes que eso. "Violet Hill" o "Lost!" son de las pocas canciones para mí salvables de ese disco.




Coldplay volvió a cumplir su habitual calendario de entregar un nuevo disco cada 3 años y en 2011 apareció "Mylo Xyloto", también producido por Eno y afortunadamente más conseguido, a excepción de "Every teardrop is a waterfall", otra canción bastante flojita y ampliamente coreada por la mayoría estilo "Viva la vida". Una excepción a un disco bastante aceptable, que incluía colaboraciones como la de Rihanna en la canción "Princess of China".



Y ahora, pasado otro trienio, Coldplay ha vuelto a sonar con nuevo material, el de su "Ghost stories", que es una vuelta a sus orígenes más calmados y tristones, con la excepción de uno de los primeros singles que han aparecido y que van en la línea de la balada de tintes épicos que han dado el éxito internacional, para enganchar al público menos exigente.


He escuchado el "Ghost stories" y egoístamente debo admitir que me gusta el tono más depresivo que han vuelto a asumir Chris Martin y su grupo, pues empezaba a pensar que los Coldplay que me enamoraron se empezaban a perder. La primera vez que los vi en concierto fue en 2005, poco después de que apareciera "X&Y" y disfruté como un enano y canté todas sus canciones con gran emoción. La segunda y última hasta el momento fue en 2011, cuando formaron parte del cartel de un festival de música y andaban todavía dando prevalencia al repertorio de "Viva la vida", por lo que para mí las sensaciones no fueron las mismas. Hace pocos días presentaron su nuevo álbum en el Royal Albert Hall de Londres, en un concierto en el que intercalaron algunos de sus temas nuevos con otros clásicos, un concierto que he disfrutado a pesar de no haber estado allí o de no ver vídeos del mismo, porque cuando la música es buena no hace falta nada más que escuchar y sentir, dejarse llevar.


Cada vez que afronto un viaje, al carecer de un reproductor portátil, echo de menos las escuchas de los discos de Coldplay, que tanto me hicieron pensar en cosas de lo más variado mientras los escuchaba en las largas travesías, mientras dejaba volar mi imaginación oyendo sus sones al tiempo que veía pasar los montes, las llanuras o el mar a través de los cristales del transporte de turno. No puedo evitar pensar en un viaje cada vez que oigo a estos británicos, que a pesar de algunos tropiezos son mi banda favorita, la única de la que he escuchado todas y cada una de sus canciones y sé ubicarlas en cada disco. Y que sigan produciendo buen material para los que les seguimos.


2 comentarios:

  1. Pues nunca me llamaron la atención, les conocía sólo de oídas hasta que salió "Viva la vida", que me moló, pero se me hizo cansina de tanto oírla en todas partes. También me gustó "Lovers in Japan", quizá porque se escuchó menos, aunque veo que no es de las que te gustan.

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    1. Hombre, "Lovers in Japan" me parece mucho mejor que "Viva la vida", aunque lo cierto es que cualquiera de sus canciones me parece mejor, jajaja. Mi manía a esa canción se activó desde el principio, cuando la oí por primera vez noté que aquello no me molaba y la saturación posterior ha hecho que la manía aumente.

      Creo que Coldplay gana sobre todo en las canciones más modestas, pero entiendo que también hay alguna concesión a la gran balada para sonar en sitios donde no sonarían normalmente

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