jueves, 27 de noviembre de 2014

"El pequeño Nicolás". Yo prefiero el libro

Creo que no descubro nada cuando digo que el periodismo ha tenido y tiene un componente de espectáculo puesto en marcha para atraer la atención del público con contenidos llamativos, o, en caso de no tenerlos, de presentarlos de forma que tengamos la necesidad de saber más sobre el asunto. Todos quieren ser el medio de referencia y el que más público atrae y este tipo de ardides y triquiñuelas han existido desde siempre, no solo en el periodismo, pues la vida misma nos muestra a diario que quien llama la atención y sabe venderse tiene mucho más que ganar que el que no lo hace, por pobre que sea lo que tenga que decir.


 




Los que estos días sigan la actualidad estarán enterados de la presencia en los medios de Francisco Nicolás Gómez Iglesia, alias "El pequeño Nicolás" un jovencito del que se ha descubierto su presencia en numerosos actos oficiales del Gobierno y la Corona de nuestro país y su relación con altos prebostes de todos los sectores. Un joven bien relacionado, pero cuyo origen no se ha desvelado mucho de momento y que da que pensar en que lo noticiable no son los chanchullos en los que ha participado, sino de dónde proviene, de aquello que en los pueblos se soluciona preguntando "¿y tú de quién eres?". Yo soy de los que cree que lo suyo no es casualidad y dada la voracidad de los medios a la hora de sacar a la luz todos los trapos sucios de sus objetivos, resulta extraño que apenas se hable de la procedencia familiar del muchacho, que tengo la intuición de que ahí es donde va a estar lo noticiable del asunto. Y mientras tanto, podemos ver como los medios se frotan las manos con carne fresca para dársela a las fieras, aún a costa de que medios presuntamente serios traten los hechos con una vulgaridad lamentable, uso de motes incluido. Aunque cómo nos podemos quejar de esto, cuando el programa más visto de la televisión en España es uno de cotilleos y tertulias sobre asuntos de la prensa rosa. El vulgo siempre gana por numeroso, así que otros se igualan por lo bajo y deciden volverse vulgares, mientras que los que proponemos un poco de sesera somos los renegados de turno.




Y así, todo el mundo habla estos días de "El pequeño Nicolás", un mote que a mí me ha hecho gracia por ver de donde procede, del personaje de unas historietas para niños que muchos leímos durante nuestra infancia. Un personaje que fue uno de los primeros que descubrí en formato libro, tras años de lectura desenfrenada de tebeos de la editorial Bruguera.


"El pequeño Nicolás" surgió de la fecunda mente del escritor francés René Goscinny, especializado en el mundo del tebeo y que durante años estuvo detrás de las peripecias de Astérix y Obélix o Lucky Luke. Como lo de dibujar nunca fue lo suyo, Goscinny se encargó de guionizar las historietas mientras otro hacía los dibujos, Morris en el caso de Lucky Luke, Albert Uderzo en Astérix y Obélix o Jean Jacques Sempé con el infante Nicolás. Un Goscinny que entendió a la perfección que hacer aventuras para un público infantil no significaba tomarle por tonto, ni igualarse por lo vulgar, sino en construir historias que tuvieran los suficientes detalles para que pudieran ser disfrutadas a cualquier edad. Yo leí los tebeos de Astérix con gran placer y lo sigo sintiendo cuando releo hoy día alguno de los volúmenes que aún conservo, aunque la serie perdió en profundidad con la prematura muerte de Goscinny en 1977, con apenas 51 años, tras sufrir un paro cardiaco.


En lo que respecta a los libros del pequeño Nicolás, publicados originalmente a principios de los años 60 en Francia y años después en España, recuerdo cómo me los regalaron para que empezara a leer libros y dejara un poco los tebeos por ser considerados muy infantiles. Yo siempre acogía esos primeros libros con recelo, pues muchas aventuras dirigidas a niños me parecían demasiado obvias o demasiado ñoñas y no me causaban la misma fascinación que a otros. Sin embargo, la llegada de Nicolás acabó siendo un soplo de aire fresco, pues enseguida me identifiqué con aquel chavalín, sus intereses y sus peripecias en la escuela y en la vida familiar. Como Nicolás, yo tenía unos padres que discutían muy a menudo y a veces daban órdenes absurdas y leyéndolo comprendía que aquello también le pasaba a él y tampoco él acababa de comprender por qué. Con él aprendí que el punto de vista de los niños puede reflejar los absurdos y contradicciones del mundo adulto, ese universo tan fascinante como incomprensible cuando eres pequeño.



 



 
Además de Nicolás y sus padres tenemos a sus compañeros de colegio, como Alcestes (un chaval gordo que come sin parar), Eudes (el bruto de la clase, al que le encanta pegar puñetazos en la nariz), Agnan (el empollón, que se libra de varias palizas por llevar gafas), Clotario (el último de la clase), Godofredo (su padre es rico y le compra lo que quiere), Rufo (cuyo padre es policía) y Majencio (es el que primero ha dado el estirón y tiene las piernas largas, lo que le sirve más rápido que los demás). Allí en el colegio todos ellos tienen a la figura autoritaria del señor Dubon, alias "El Caldo" ("Le Bouillon"), que es el que se encarga de que los alumnos no se desmanden y se lleva más de un disgusto.


Tanto me gustó aquel primer libro del pequeño Nicolás que enseguida quise más y así me leí "Los recreos del pequeño Nicolás", "Las vacaciones del pequeño Nicolás", "Los amiguetes del pequeño Nicolás" y "Los problemas del pequeño Nicolás", aunque luego se han editado otros a partir de historietas que Goscinny había publicado en revistas pero que no había llegado a editar en formato libro. El dibujante, Jean Jacques Sempé, se sumergió otra vez en la producción de ilustraciones que vieron la luz en varios nuevos volúmenes. El primer volumen se publicó en Francia en 2004 bajo el nombre "Historias inéditas del pequeño Nicolás" y en 2006 se publicó un segundo volumen con 45 historias más bajo el título "Historias inéditas del pequeño Nicolás - Vol. 2". En España, el primero de estos nuevos volúmenes fue dividido en 3 libros llamados "El pequeño Nicolás. ¡Diga!", "La vuelta al cole del pequeño Nicolás" y "El chiste del pequeño Nicolás", mientras que el segundo ha sido publicado en España con el nombre de "¡Ojo! con el Pequeño Nicolás". En 2009 salió en Francia "El globo y otras historias inéditas", con las últimas diez historias inéditas, fruto de un interés sobre el personaje que ha llevado a la venta de más de 10 millones de ejemplares en 30 países distintos. Como no podía ser de otro modo, ha tenido su correspondiente película, estrenada en 2009, aunque según dicen las críticas (yo aún no la he visto), sin el mismo encanto de los libros.  



Y es que las historietas del pequeño Nicolás tienen ese atractivo de las buenos relatos, que no importa cuándo y dónde fueron escritos, porque tienen ese sustrato vital que los hace internacionales y atemporales. Nicolás y su entorno nos remiten a los hechos de nuestra infancia y a tantos descubrimientos que se hacen en esos años y también nos hablan del mundo adulto con una ironía que es agradecer en unas edades en las que tendemos a tomarnos demasiado en serio. Una lectura muy recomendable para niños y padres y que muestra mucha más inteligencia que la pamplina que estos días invade los medios de comunicación.

 



4 comentarios:

  1. Sí a mi también me hizo gracia el apodo, lógicamente yo también he leído al pequeño nicolas, en francés, que con aquella edad creo que no sabía leer en español todavía. Y la verdad que el mote no lo entiendo, qué tiene que ver? Nicolas era un niño travieso, este caso se trata de una persona casi adulta que se ha comportado con cierta malicia. Yo le llamaría más bien el robinhood egoísta. Le roba a los ricos para quedárselo él. Yo tengo mi opinión y es que este chico no ha accedido a las altas esferas así como así, alguna relación ha habido que le ha abierto una puerta y ha sabido moverse para ir subiendo escalones. Su familia seguramente tiene algo que ver pero eso parece que a nadie le importa. Y si me equivoco en ese aspecto...entonces que se preparen porque si es tan facil acceder a esta casta son un simple traje de armani y una barbilla en alto entonces van jodidos.

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    1. A mí fíjate que lo que me da más pena del caso es que usen el nombre del pequeño Nicolás para designar a ese sujeto, aunque si eso puede servir para que haya gente que se interese por el personaje, pues no será todo terreno baldío. En cuanto al "otro Nicolás" no deja de ser otro caradura paniaguado de los muchos que hay entre nosotros y a los que no pocos critican más por envidia que por decencia, por no poder ser ellos los que accedan a esos privilegios

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  2. Ya se sabe eso de que cuando la información pasó a ser un negocio la verdad dejó de ser importante.

    Yo tengo "Los recreos del pequeño Nicolás", pero no fue un libro que me calase mucho. Le tengo más cariño por la dedicatoria de mi padre que por el libro en sí :)

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    1. Yo he trabajado en varios medios durante años, muchos de ellos regionales y provinciales y he visto trapicheos de todo tipo, con alcaldes y concejales diciendo que es lo que se debia decir sobre tal o cual cosa, bajo amenaza de retirar la publicidad institucional, que en buena parte es soporte de los medios locales. Y no te digo ya en medios nacionales, donde la relevancia es mayor, auténticos casos dignos de "El Padrino". Por eso me da la sonrisa comprensiva cuando veo casos de quejas de manipulación informativa y de medios al servicio del poder de turno, pensando "ay, si ellos supieran".

      De los de Nicolás me faltan por leer los libros que sacaron hace pocos años, de los primeros publicados los leí todos y con gran interés, en algún caso más de una vez

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