Todos tenemos nuestras particulares filias y fobias, esas cosillas y esos detalles que nos atraen y nos repelen, muchas veces sin saber muy bien por qué. Algunas de ellas pueden llegar a ser de lo más retorcido que uno se pueda imaginar. Yo he de confesar que siento una especial atracción por las manos, sobre todo por las manos de mujer.
Cuando conozco a una mujer u observo a alguna, aparte de fijarme en las cosas en las que nos fijamos los hombres habitualmente también me gusta contemplar sus manos. Hay quien dice que por las manos podemos saber algunas cosas de la persona a la que pertenecen, que si están cuidadas o descuidadas nos dirán que su dueño es celoso de su imagen o no le importa su aspecto (que luego no quita para que el que tiene manos cuidadas sea un imbécil y el que las tenga como sarmientos sea un encanto).
Dentro de mis prototipos favoritos de manos debo reconocer que me gustan las manos de dedos finos, no necesariamente largos, simplemente que no sean rechonchos ni parezcan zarpas. Me gusta asimismo que no sean muy venosas ni con los tendones muy marcados, que tengan una forma suave.
Otra de las cosas en las que me suelo fijar en las manos de una mujer es en sus uñas. No tengo una especial predilección por los esmaltes, me es indiferente si van coloreadas o no. En el caso de que lo estén me gustan los colores oscuros (ya sea negro, morado o púrpura, mis favoritos) y detesto el rojo. También tengo que confesar que no me gustan las uñas largas, prefiero que estén cortadas con normalidad.
A diario veo manos de todo tipo, manos de aspecto suave, de aspecto recio, desgastadas por el trabajo o cuidadas hasta el mínimo detalle. Suelo quedarme con la imagen de aquellas que me gustan, tal como si me quedase con los rasgos faciales de la persona a la que pertenecen. Así he encontrado a mujeres poco agraciadas de manos bonitas y viceversa, una cosa muchas veces no tiene nada que ver con la otra.
Con todo ello, para mí hay pocos placeres iguales a poder tocar una mano bonita o poder ser acariciado por ella. Como el de tocar las melenas bonitas y enredar mis dedos entre el pelo de ellas para juguetear con los mechones. Esto último sólo lo hago cuando hay mucha confianza, no es que vaya por la calle agarrando a las mujeres del pelo. Fetichismos que tiene uno.
Que curioso lo de las uñas. Me gustan las personas que tienen tan claros sus gustos.
ResponderEliminarSaludos!
Ahí la verdad es que lo tengo bastante claro, prefiero los colores más oscuros al rojo, creo que los colores oscuros hacen más bonitas las manos.
EliminarSaludos para ti también
Bueno, no creo que tener las manos descuidadas indique que a esa persona no le importe su aspecto. Yo he visto mujeres arregladísimas, desde las uñas de los pies hasta la punta de los cabellos y luego con las uñas de las manos mordidas hasta los muñones, me da una grima...también me da grima en los hombres conste. Odio ver a esa gente que ya no tiene uñas seguir mordiendo, me supera.
ResponderEliminarA mi personalmente me gustan las manos grandes y proporcionadas claro.
Uy lo del pelo...según con quién te topes si jugeteas con sus mechones te puede morder o todo lo contrario XD
La costumbre de morderse las uñas está muy extendida por temas de nerviosismo y es una pena, porque hay manos bonitas que quedan mal por ver todas las uñas mordidas. Y además yo creo que debe ser algo poco agradable de hacerse, que cuando me paso alguna vez cortándome las uñas eso duele.
EliminarMe consta que hay chicas a las que les encanta que les toquen el pelo y otras que lo detestan. Curiosamente, siendo fan de tocarlo, no me agrada demasiado cuando me lo hacen a mí, me producía ya cierto rechazo cuando era pequeño y lo mantengo
Nunca me fijo en esas cosas, ni en las manos, ni en los zapatos de la gente.
ResponderEliminarCon mis manos te ibas a llevar un chasco, sobre todo con la izquierda. Desde que me la pillé con una trituradora perdió encanto la pobre (aunque el muñón le da carácter).
Los muñones siempre crean mucha fascinación, que hay gente que los toca como si fueran un objeto embrujado, así con algo de miedo.
EliminarEl tema de los zapatos es algo que a muchos les tira y a mí me da un tanto igual, aunque debo confesar que no me gusta nada ver a los hombres con sandalias, creo que nosotros deberíamos estar con el pie tapado siempre que salgamos a la calle. Eso ya es tema para otro día
Pues los colores claros y fosforitos me parecen bastante bonitos, la verdad es que el rojo es el único color que detesto en las uñas. Por muy tradicional que sea, creo que afea toda la mano, mientras un color azul o negro queda de maravilla. Y las uñas muy largas además de antiestéticas siempre parece que van a arañarte o a quebrarse a poco que se empleen las manos, no me motivan mucho.
ResponderEliminarHasta hace no mucho detestaba todo tipo de pies, me parecía que era algo que había que tapar sí o sí y he aprendido a apreciar la belleza o la proporción de algunos. Eso sí, en el caso de las mujeres, que como decía en el anterior comentario, los hombres calzados o con calcetines siempre, que ahí me sigue surgiendo la grima, jeje