martes, 21 de enero de 2014

"El lobo de Wall Street". Cómo (casi) todo está en venta

Martin Scorsese es uno de los nombres señeros de la historia del cine en los últimos 40 años, autor de películas que forman parte de la memoria cinéfila como "Malas calles", "Taxi driver" (mi favorita), "Toro salvaje", "Uno de los nuestros" o "Casino", que también cimentaron la carrera como intérprete de Robert DeNiro y que en los últimos años ha focalizado Leonardo DiCaprio (que conoció a Scorsese a través de DeNiro tras coincidir ambos en el reparto de "Vida de este chico"). Si DeNiro participó en 8 películas del director italoamericano, DiCaprio ya lleva 5 en la última década, como son "Gangs of New York", "El aviador", "Infiltrados", "Shutter Island" y la recién estrenada "El lobo de Wall Street".
 

 
"El lobo de Wall Street" cuenta el increíble auge de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio), un corredor de bolsa neoyorquino que, junto a sus colegas, amasó a finales de los 80 y buena parte de los 90 una descomunal fortuna estafando millones de dólares a inversores vendiendo acciones basura de las que sacaba cuantiosas comisiones. Mientras su empresa alcanza la cima y él se entrega a los placeres más hedonistas, el FBI se acerca a su imperio de excesos.
 
 
 
La película dignifica ese concepto a veces tan parodiado de "basada en una historia real" y sigue la transformación de Jordan Belfort, que empieza como un joven recién casado y que solamente bebe agua y que llegado a Wall Street se convierte en un estafador adicto a la prostitución y las drogas. Después de amasar una enorme fortuna en un tiempo récord, el verdadero Jordan Belfort se la gastó de la forma más absurda en mujeres, tranquilizantes, cocaína, coches, una nueva esposa (una supermodelo) y un deseo ilimitado de poseerlo todo, porque para él (y muchas veces con razón) todo está en venta.
 
 
 
No es la primera vez que el cine retrata la codicia capitalista del mundo de las finanzas, algo que ya retrató Oliver Stone en los años 80 en "Wall Street", donde Charlie Sheen era el jovencito honrado que caía en las redes del millonario sin escrúpulos, el Gordon Gekko que magníficamente interpretó Michael Douglas. También "La hoguera de las vanidades" o "American Psycho", basadas en las novelas de Tom Wolfe y Bret Easton Ellis retrataban todo aquel submundo lleno de "yuppies", de tipos tan detestables como carismáticos, aunque con un mayor cinismo, sin creer en la posibilidad de redención que defendía Stone en su película. Scorsese demuestra que a sus 71 años ha visto de todo y opta por esa senda más descreída a la hora de mostrar un universo dominado por la avaricia, en el que todo el mundo aspira a hacerse rico para tener una vida mejor y que los que defienden la modestia no son más que frustrados aspirantes a ricos.
 
 
 
Belfort, con todos sus defectos, es el más listo de un grupo de individuos que no son los más listos de la clase, pero que son buenos vendiendo ese deseo de riqueza en los demás, consiguiendo que inviertan sus ahorros en acciones que no les llevarán a ninguna parte, más que para engordar los bolsillos de los que les están estafando. Un tema que está de plena actualidad con la actual crisis, en la que se han puesto de manifiesto diversas corruptelas que han enriquecido a unos pocos y empobrecido al resto y que Scorsese muestra con la amargura de ser un fenómeno cíclico. Belfort comienza su carrera coincidiendo con el hundimiento de la bolsa de Wall Street en 1987 y cuando todo el mundo cree que el orden económico va a cambiar y van a hacerse las cosas de otra manera, Belfort es un ejemplo de que la historia y los ciclos económicos siempre se repiten y no tardará en enriquecerse con los mismos métodos que provocaron ese hundimiento y que serían los antecedentes de la caída de 2008, que todavía sufrimos con virulencia en países menos desarrollados que Estados Unidos.
 
 
 
Además de su clarividencia a la hora de analizar todas estas dinámicas sin sermonear, Scorsese deja muestras de que sigue estando en forma como realizador y no duda en mostrarnos (con la inestimable ayuda del ágil montaje de su habitual colaboradora Thelma Schoonmaker) todo el desmadre vital de sus protagonistas, que provoca no pocas risas en el espectador al ver a semejante cuadro de idiotas haciendo lo que les da la gana sin el menor pudor. La risa de "El lobo de Wall Street" es la misma que provoca algún "reality show" lleno de frikis, la risa de ver a alguien que es ridículo pero que al mismo tiempo se lo está llevando crudo gracias a la colaboración de una ciudadanía que en muchos casos desea ser como ellos. El Gordon Gekko de "Wall Street" era un hijo de perra, pero causó que no pocos jóvenes quisieran ir a Wall Street para ser como él por la sensación de éxito que desprendía e intuyo que no pocos espectadores acabarán apreciando a Belfort por lo bien que se lo pasa, a pesar de lo reprobable de sus actos y de las consecuencias que pueda tener. Aquí en España tenemos un ejemplo similar en Mario Conde, que robó lo que pudo en su época de magnate bancario y ahora escribe libros y da conferencias sobre modelos económicos, con gente dispuesta a escucharle.
 
 
 
Leonardo DiCaprio está excelente en la piel de Jordan Belfort, por mostrar la forma de ser de un personaje que por exagerado podría ser paródico y que DiCaprio sabe interpretar con el punto exacto para no cruzar la débil frontera entre lo sublime y lo ridículo. DiCaprio ha crecido como intérprete a la sombra de Scorsese y ya en "Shutter Island" mostraba una madurez que dejaba a años luz a aquel niñato que fue en "Titanic", destinado a poblar paredes, carpetas y sueños húmedos de adolescentes y a hundirse en el recuerdo una vez que pasara su momento de gloria. El actor ha sabido reinventarse y en los últimos años ha firmado interpretaciones destacables en filmes de Scorsese y en otros como "Revolutionary Road", "Origen", "J. Edgar" o "Django desencadenado".
 
 
 
Si Di Caprio ha seguido la estela de DeNiro en el cine de Scorsese, tampoco le va a la zaga un Jonah Hill que aquí tiene el rol que Joe Pesci tuviera en "Toro salvaje", "Uno de los nuestros" o "Casino", el de tipo poco agraciado y de carácter explosivo, mano derecha del protagonista. Yo le cogí mucha manía a Hill tras verle en "Supersalidos", una película que habría firmado el director de "Pretty Woman" si hubiera querido hacer una comedia adolescente, por ñoña tras su pretendido gamberrismo. Fuera del registro cómico, Jonah Hill supo mostrar su talla como actor dando la réplica sin despeinarse a Brad Pitt en "Moneyball" y aquí vuelve a mostrar que es un buen actor que merece hacer algo más que comedias tontorronas. Algo que también le ha pasado a Matthew McConaughey, excelente en su breve papel y que protagoniza mi secuencia favorita de la película, en la que le da unos cuantos consejos al personaje de Belfort en sus inicios en el mundo de las finanzas.
 
 
 
Todos los intérpretes rayan a buen nivel, con pequeños papeles para el francés Jean Dujardin ("The Artist") como un banquero suizo, los directores Rob Reiner ("Cuando Harry encontró a Sally") como padre de Belfort y Spike Jonze ("Cómo ser John Malkovich", "Adaptation"), como uno de los primeros jefes de Belfort, incluida la desconocida Margot Robbie como rubia cañón que acaba siendo la mujer-trofeo del protagonista. Además de una belleza fuera de toda duda, Robbie sabe darle empaque a un papel en el que podría haberse quedado simplemente en el estereotipo de mujer florero.
 
 
 
Dichos todos los elementos a favor, debo decir que la película no me parece una obra maestra, como ya han concluido muchos, pues donde ellos ven un sobresaliente yo veo un notable. Scorsese muestra su pulso y su estilo de narración marca de la casa, con la voz en off del protagonista y los temas musicales de rock y blues presentando varias escenas, pero no evita caer en una cierta sensación de repetición llegado un determinado momento, de manera que las tres horas de metraje llegan a hacerse cansadas. Hay varios momentos por separado para recordar en esta película, pero al conjunto en general le acaba faltando algo para dejar ese regusto que dejan las grandes películas. De la colaboración Scorsese-DiCaprio "Shutter Island" me parece la más redonda hasta la fecha.
 
 

8 comentarios:

  1. Jé, interesante.
    Ví el trailer y pensé que no iba a ver como un tío iba tirando el dinero por el mundo mientras estafaba a la gente. Hay tantas cosas que me caben en la cabeza del mundo económico que me acaba irritando. La duda que me queda después de leerte y ver el trailer es si la película solamente muestra una realidad o hace también una dura crítica a todo el lujo y al hedonismo puramente materialista. No he acabado de entender.

    Besos y un placer volver a estar por aquí :)!

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    1. La crítica está ahí, viendo a esos personajes haciendo cosas fuera de la ley, solo que el director no alecciona, deja que sea el espectador el que saque sus propias conclusiones. Para el protagonista y sus secuaces la mayor droga es el dinero, la posibilidad de ganar cada vez más y la sensación de poder hacer lo que quieran. Al final plantea el dilema moral de lo que haríamos nosotros si tuviéramos la oportunidad de enriquecernos a costa de los estafados, a los que no vemos nunca la cara y que son solamente medios para obtener un fin.

      Para algunos Belfort será el héroe por haber conseguido sus propósitos a pesar de sus métodos, porque siempre atrae quien se salta las reglas y hace lo que quiere, un deseo latente en muchos.

      Besos para ti también, ya nos seguimos leyendo

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  2. "Semejante cuadro de idiotas haciendo lo que les da la gana sin el menor pudor", leyendo eso me vino a la mente "Dolor y dinero", que también está basada en un hecho real.

    Parece que tiene la misma fórmula que "Uno de los nuestros", que es mi peli favorita de Scorsese, pero ya he leído en varios sitios que se hace larga y que lo mejor son las breves apariciones de Matthew McConaughey, Habrá que verla.

    Por cierto, no sé si se parecerá de verdad, pero en esa foto la rubia es clavada a Emma Stone.

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    1. No he visto "Dolor y dinero", aunque he visto de qué va y puede tener que ver acerca del coeficiente mental de muchos de ellos. Tan sólo el personaje de Belfort es alguien un poco cultivado mientras que sus compinches son unos idiotas que sin embargo son buenos vendiendo motos a los demás. El estilo que aplica Scorsese es el mismo que en sus películas de gangsters, que aquí son unos brokers que hacen sus fechorías en los aledaños de Wall Street.

      McConaughey solo sale en un par de escenas al principio de la peli, pero es de lo mejorcito, curiosamente puede que le birle el Oscar a DiCaprio por su papel en "Dallas Buyers Club". Margot Robbie puede tener algo de Emma Stone, con los ojos grandes, pero sobre todo me recordó a Jamie Pressly, una de las protagonistas de la serie "Me llamo Earl"

      http://static2.wikia.nocookie.net/__cb20090704122640/charmed/images/f/fe/Jaime_Pressly.jpg

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  3. En el ultimo parrafo resumes a la perfección lo que me gustaría decir a cada uno de los que me pregunta que tal esta esa peli :)

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    1. Algunos se han flipado mucho con la peli porque debían estar sin probar caldo caliente en cine desde hace tiempo, pero no creo que sea la mejor de Scorsese en 20 años y cosas por el estilo que he leído por ahí. Las tres horas acaban pesando y no por el tiempo en sí, porque "La vida de Adèle" duraba lo mismo y no se me hizo larga, sino porque llega un momento en que la peli empieza a girar sobre lo mismo, quizá un poco más de tijera no le hubiera venido mal. Es notable, sin duda, pero no sobresaliente

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  4. Pues mira, entonces no creo que me guste. Lo he sabido cuando has dicho que la risa que provoca es la misma que la de los reality show (lo siento, no puedo con ellos, no me hacen ninguna gracia, únicamente tengo la horrible sensación todo el rato de que me están tomando el pelo). Mi chico tiene muchas ganas de verla porque quiere dedicarse al mundo de las finanzas y está estudiando para ello, pero a mi, ese tema... bf... Lo único que me llamaba la atención de la película es que saliera Di Caprio, para mi un actorazo como la copa de un pino a partir de verlo en Shutter Island.

    Besos

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    1. Cuidado que a tu chico no le produzca la misma sensación de fascinación que a muchos les produjo el Gordon Gekko de la película "Wall Street" de los años 80, que era un tiburón de las finanzas sin ninguna moralidad e irónicamente despertó el deseo de muchos de ser como él, de hacer los mismos abusos que él por el carisma que transmitía. Scorsese se centra en mostrar eso, en cómo la mayor droga es el dinero cuando se empieza a ganar haciendo lo que sea necesario y sin que haya consecuencias negativas. Hay un par de secuencias en las que el personaje de DiCaprio habla a la cámara contando operaciones financieras y acaba por interrumpir el discurso diciendo que tampoco el público se va a enterar de lo que cuenta, que lo importante es el dineral que se están llevando.

      DiCaprio en "Shutter Island" está estupendo, como toda la película, la verdad es que ha crecido bastante como actor, hace cosa de 10 años no le auguraba mucho futuro y se ha construido una carrera muy interesante. Y sin una sola comedia romántica para hacer de galán, que habría sido la tentación fácil y el peaje por el que han pasado muchos guaperas de Hollywood.

      Besos para ti también

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