Estos días ha sido noticia en Alemania un falso anuncio de
Mercedes ambientado en una zona rural y con un final sorpredente. El lema del
coche es que anticipa los peligros, así que acaba atropellando y matando a un
Adolf Hitler en edad infantil. Y como los temas que tengan que ver con el
nazismo son un asunto espinoso en aquellas latitudes (como la Guerra Civil por
aquí), la marca de de automóviles Daimler ya ha denunciado el uso de su nombre
en una pieza realizada por estudiantes de cine y que irónicamente ha sido
nominada para un certamen de creaciones audiovisuales patrocinado por
Mercedes-Benz.
Este tema me ha hecho pensar sobre esas polémicas que se
montan de vez en cuando por alguna campaña publicitaria que busca transgredir o
superar ciertos límites para llamar la atención, con referencias religiosas,
sexuales o violentas (y con mezclas de todas ellas). Siempre se dice que es
mejor provocar odio o rechazo que provocar indiferencia, porque con el odio y el
rechazo también se consigue que hablen de uno aunque no sea para bien. Por eso
muchas marcas consiguen captar la atención cuando efectúan alguna promoción que
excite los ánimos de aquellos dispuestos a defender la libertad salvo cuando les
tocan lo suyo. Aquí les adjunto algunos ejemplos que en su día causaron mucho
revuelo por su tratamiento de la violencia contra las mujeres, por la visión de
la sexualidad femenina y por diversas metáforas políticamente incorrectas.
"Mad Men" es una serie que ha puesto de moda la estética de
los años 60 y el ámbito publicitario, que para algunos es el colmo de lo "cool",
de lo guay, de lo más molón, donde se produce la conjunción de diversas formas
de arte y donde la imaginación no tiene límites. La serie es sensacional y
podría estar ambientada en una charcutería que sería igual de apasionante, por
su acierto a la hora de mostrar un amplio mapa de actitudes humanas. Pero
también deja su genialidad en varias perlas sobre el mundo publicitario, como
las que se pueden ver en este vídeo.
La polémica y el escándalo vende en casi todos los ámbitos de
la vida, porque la película siempre es mejor cuanto mejor es el malo. Y
la publicidad suele juguetear con eso, porque con una campaña muy correcta y
formal no molestarían a nadie pero tampoco interesarían lo suficiente, no
atraerían la atención la gente ni de los medios. Así que imagino que los escándalos publicitarios
seguirán apareciendo de vez en cuando, como las olas de calor y las
borrascas.
Yo vi ayer lo del anuncio de Mercedes y la verdad, me gustó. Pero sí que es cierto que puede rozar los límites de la ética mostrando el atropello de un niño que por aquellos entonces era sólo eso, un niño.
ResponderEliminarRespecto a las demás campañas también creo que muchas traspasan esos límites, otras me parecen irónicas y acertadas. Y por último, Mad Men me parece brillante y estoy deseando que salgan nuevos capítulos.
¡besos!
Es un anuncio que está bien hecho, a mí me ha hecho gracia y creo que consigue aquello de aprender a ironizar un poco sobre los hechos pasados, sin olvidar lo que fueron pero quitándoles la solemnidad de intocables que a veces se les da y lo que ayuda el humor a quitar esa roña.
EliminarCuriosamente, ya publicado el post ha habido otra polémica con un anuncio de lotería que decían que era machista y ha sido retirado. Y una vez más viene el escándalo por una metáfora sexual
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/27/actualidad/1377616850_626615.html
Vi lo de Mercedes ayer, me recordó a una viñeta que vi en el Jueves sobre una posible historia titulada "Las aventuras del joven Hitler" en la que Hitler de niño debía escapar de todo tipo de viajeros del futuro que querían convertirse en héroes matándole.
ResponderEliminarEso de que la publicidad, aunque mala siempre es buena tiene sus límites. Por ejemplo, yo no sabía que Ikea hacía tartas hasta que dijeron que habían encontrado restos de heces en algunas. Pues bien, antes de esa noticia no las conocía, pero igual si hubiera visto una tarta en Ikea la hubiera comprado. Ahora sé su existencia, pero para evitarlas como la peste.
Lo que se busca en publicidad es que la gente no cambie de canal al menos mientras dure su anuncio, de ahí que hasta para anunciar pipas salgan tías en bragas. Yo creo que cuando fuerzan tanto un tema para buscar polémica lo que consiguen la mitad de las veces es que la gente no recuerde el producto y se quede con la tía en pelotas.
La publicidad negativa es la más imborrable, porque empaña el producto, quizá para siempre, lo de los alimentos de Ikea es un claro ejemplo. Si antes eran apetitosos por su bajo precio, al saber lo que han encontrado muchos no volverán a probarlo en su vida.
EliminarY sobre lo de quedarse con el cuerpo de la tía más que con el anuncio me recuerda al caso de Pilar Rubio, que antes de hacerse famosa en la tele salió en un spot de cerveza en el que su culo era protagonista, hasta su voz era doblada. Y la gente recuerda más de ese anuncio el trasero que el producto.
http://www.youtube.com/watch?v=o6LNWZvYboI
Recuerdo bien ese anuncio, debe desmoralizar que para tres palabras que dice la doblasen, es en plan "Lo único para lo que vales es para poner el culo en pompa".
EliminarEs el lado oscuro de ser una sex symbol, que al final sea tu cuerpo lo único que hable de ti
EliminarPues sí: sexo (el femenino, por supuesto. Sí, sí, las tías somos gilipollas; es así) y religión es lo que más vende. Y además, creo, que poca gente se plantea en realidad cambiar de marca porque la publicidad le ha disgustado. A no ser, claro está, que mole mil ponerse a soltar twits a lo loco solo por que queda bien estar en contra. Y aun así, me gustaría verlo.
ResponderEliminarMás bien creo que todos podemos ser gilipollas alguna vez (algunos más que otros) y que la publicidad apela a esos bajos instintos, porque está hecha por gente y saben las pulsiones que a veces nos dominan.
EliminarLa publicidad consigue que tu producto se coloque por encima del resto, por esa imagen que vendes. Como has salido anunciado ya inconscientemente muchos tiran hacia ti en lugar de por aquello que no conocen de nada, aunque pueda resultar mejor que lo anunciado, he visto muchos casos de esos. Es como cuando alguien de confianza nos recomienda un producto concreto que no conocíamos o no le prestábamos atención y empezamos a fijarnos en ello y quizá lo compremos, porque nos ha sido descubierto y definido como bueno