martes, 25 de junio de 2013

"El hombre de acero" o cuando la épica se confunde con ruido

Hace unos días llegó a los cines "El hombre de acero", la nueva versión de las aventuras de Superman, que desde su creación a finales de los años 30 por Jerry Siegel y Joe Schuster ha conocido varias adaptaciones (la más famosa la que protagonizó Christopher Reeve a finales de los 70) y se habla incluso de una maldición para los actores que han interpretado el papel. George Reeves, protagonista de una serie en los años 50, apareció muerto en extrañas circunstancias, Christopher Reeve se quedó parapléjico tras sufrir una caída de un caballo y Brandon Routh y Tom Welling, los últimos actores que le dieron vida en "Superman Returns" y "Smallville" están hoy día en el baúl de los recuerdos pese a su juventud. Y con estos antecedentes se presenta ahora "El hombre de acero".
 
 
 
"El hombre de acero" cuenta nuevamente la historia de Clark Kent (Henry Cavill), un joven que posee poderes sobrehumanos. Cuando era un bebé, fue enviado a la Tierra desde Krypton por su padres Jor-El (Russell Crowe) y Lara (Ayelet Zurer), cuando el planeta estaba a punto de ser destruido. Educado en los valores de sus padres adoptivos, Martha (Diane Lane) y Jonathan Kent (Kevin Costner), llega a la conclusión de que esos poderes le exigen grandes responsabilidades, y no duda entonces en transformarse en Superman, para proteger no sólo a los que quiere, sino también para representar una esperanza para el mundo.
 
 
 
Después de las 4 películas que protagonizó Christopher Reeve hubo un intento de renovar a Superman en "Superman Returns", una fallida visión posmoderna de Bryan Singer que convertía al héroe en protagonista de un drama romántico de escasos momentos heroicos que aburrió a muchos y que decepcionó a bastantes más, con unos actores intrascendentes (como Brandon Routh y Kate Bosworth) y otros interesantes sobreactuando sin medida (Kevin Spacey y Parker Posey). Ahora Zack Snyder ("Amanecer de los muertos", "300", "Watchmen") en la dirección y Christopher Nolan en la producción tras su trabajo en la última trilogía de Batman son los encargados de revitalizar a un personaje que haga frente a los de Marvel, que últimamente inundan la pantalla sin contestación. Curiosamente, las esposas de ambos, Deborah Snyder y Emma Thomas, habituales productoras de los proyectos de Snyder y Nolan, también están involucradas, así que entre ambas parejas han alumbrado a "El hombre de acero".
 
 
 
El príncipal problema es que si "Superman Returns" fallaba por falta de épica, "El hombre de acero" falla por acumulación. Snyder y Nolan deberían tener claro que por más escenas de acción y peleas que metas la película no tiene por qué ser necesariamente más épica, porque corres el peligro de convertirte en un Michael Bay o un Roland Emmerich, que encadenan secuencias de acción por la cara, agotando al espectador. Y esa es la sensación que me produjo la última parte de "El hombre de acero", agotamiento por una sucesión de clímax que parece que nunca van a terminarse y acabas mirando el reloj y calculando cuánto queda para que los muñequitos creados por ordenador dejen de pegarse, porque aquello hace rato que dejó de interesarte y ya estás pensando en lo que vas a hacer al día siguiente. Creo que en una película de este tipo no dice mucho bueno acerca de ella que las peleas y los efectos acaben produciendo hastío y más que una entrega de Superman parece que estás viendo "Transformers 4" o "Independence Day 2".
 
 
Uno esperaba más del tándem Snyder-Nolan, pero aquí todo está influido por un aire pocho, con escasísimas contribuciones humorísticas (quitar el humor de Superman creo que es como poner comedia en Batman, un paso hacia el fracaso) y un protagonista que parece en todo momento con más ganas de mandar a la porra a todo el mundo que en ser el héroe de nadie. Sin embargo, las actuaciones son buenas en la medida en que los personajes dejan respirar a sus actores, con un Henry Cavill que de momento no hace olvidar a Christopher Reeve aunque no cae en la sosería sin límites del olvidado Brandon Routh y una Amy Adams que hace lo que puede con una Lois Lane apenas esbozada. Quizá destacaría a Michael Shannon como el general Zod, un actor que fue toda una revelación en "Revolutionary Road"  y que se está especializando en personajes inquietantes. Russell Crowe también deja buenas sensaciones como Jor-El, el padre biológico de Superman y Kevin Costner y Diane Lane están pasables en sus intervenciones como padres adoptivos del héroe. La música, a cargo de Hans Zimmer, tampoco hace olvidar el magnífico tema principal de John Williams, aunque aquí la papeleta estaba perdida casi de antemano.
 
 
 
Una película que está interesante en su primera mitad, tratando la génesis del héroe, pero que acaba decepcionando al transformarse en un fuego de artificio con poca alma y que sigue manteniendo en el primer puesto a aquella primera "Superman" que dirigiera Richard Donner a finales de los 70.
 
 
 

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en casi todo, mira que me gusta que haya acción en las pelis de superheroes, pero se han pasado.
    Además, a mí no me ha gustado Michael Shannon como villano y Kevin Costner pues... no es que lo haga muy mal, pero su personaje no mola, y su final es de coña totalmente.

    Decepcionante.

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    1. El final del personaje de Kevin Costner es una de esas cosas que te hacen plantearte que clase de película estás viendo, porque a mí me parece que da más risa e incredulidad que otra cosa. Con lo bien que quedaba Glenn Ford en la "Superman" de finales de los 70.

      Yo esperaba un poco más de la película viniendo de quien venía, pero se ha visto que a veces los nombres no garantizan los productos

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