Hoy hablaré de dos películas que he visto este fin de semana y que he retrasado un poco debido a lo poblado de la cartelera actual. En esta ocasión me referiré a "Amor y letras" y "Oz, un mundo de fantasía".
"Amor y letras" cuenta la historia de Jesse (Josh Radnor), un treintañero que vuelve a la universidad en la que estudió años atrás para asistir al homenaje de un antiguo profesor que se retira (Richard Jenkins) y que no tardará en sentirse imbuido del ambiente que le rodea. Entre medias se enamorará de Zibby (Elizabeth Olsen), una joven estudiante de 19 años con la que tiene muchos puntos en común pese a la diferencia de edad entre ellos.
A Josh Radnor muchos le conocerán por su papel de Ted Mosby en la serie "Cómo conocí a vuestra madre", una serie a la que fui adicto y que acabé abandonando tras el bajón que fueron dando sus tramas en la cuarta y quinta temporadas, con muchos capítulos de relleno y gracietas forzadas y estiradas, lejos de esa mezcla de comedia y drama que me entusiasmó en su primera temporada. De todos los personajes el que peor me cayó al principio era el propio Ted Mosby y poco a poco fue el que más me acabó simpatizando, después de que Robin Scherbatsky fuera desdibujándose con el paso de las temporadas y el resto no pasaran del arquetipo en el que se habían metido. Simpaticé con su rol de incansable buscador del amor pese a las decepciones y su naturaleza cómico-patética, tan humana en ocasiones. Pues bien, de esos ingredientes está hecho su personaje en "Amor y letras", su segunda película como director tras "Happythankyoumoreplease", rodadas en los descansos de la serie.
Radnor da vida a un treintañero que no acaba de estar satisfecho con su vida y que está desorientado tras romper con su novia. Tendrá la oportunidad de regresar al campus en el que se formó y recuperará parte de ese entusiasmo idealista por aprender que tuvo 15 años atrás. No tardará en darse de bruces con la encantadora Zibby, una chica que pese a su juventud parece tener las ideas más claras que él y que es capaz de aguantar sin despeinarse un debate sobre literatura e incluso es capaz de enseñarle puntos de vista nuevos (magnífico el momento en el que hablan del fenómeno "Crepúsculo" sin citar nombres, hablando de novelas de vampiros para jóvenes y de cómo él las detesta y ella las defiende como divertimento).
Los dos empezarán a cartearse, dejando de lado las nuevas tecnologías y se descubrirán las emociones que contiene la música clásica, de cómo esas composiciones de hace siglos que pueden parecer aburridas y cansinas ya reúnen toda la gama de sentimientos humanos que podemos encontrar en la música de hoy. Todo ello en una relación platónica en la que se confundirán como mentor-discípula y como objeto de amor. Al mismo tiempo, el personaje de Radnor descubrirá el sentimiento del paso del tiempo y la fugacidad de la vida de la mano de su viejo profesor y de otra antigua profesora amargada por sus fracasos vitales (Allison Janney).
"Amor y letras" es una película simpática y ratos emotiva con la que me he identificado en muchas cosas y al igual que su protagonista me he enamorado de esa Zibby a la que da vida una encantadora Elizabeth Olsen, que muestra la adorabilidad que en su día mostraron sus hermanas mayores Mary-Kate y Ashley cuando fueron la cándida Michelle de "Padres forzosos". A Elizabeth se la ve con maneras para despuntar si la elección de papeles y la suerte acompañan. Tanto ella como el resto del reparto están muy ajustados en sus papeles (incluso el insulso Zac Efron no desentona en un breve rol de hippy colocado) y Radnor demuestra su buen gusto dirigiendo historias de gente corriente, poniendo en valor la educación y la cultura para disfrutar un poco más de la vida.
En un registro familiar (no en vano viene avalada por Disney) se inscribe "Oz, un mundo de fantasía", precuela de "El mago de Oz", la mítica película que dirigió Victor Fleming en 1939. En esta ocasión se narra la peripecia de Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo de dudosa reputación, tiene que abandonar la polvorienta Kansas y trasladarse al brillante País de Oz. Está convencido de que a partir de ahora la fama y la fortuna le sonreirán. Pero, cuando las brujas Theodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams) empiezan a dudar de su categoria como mago, empezará a tener problemas. Si quiere triunfar, tendrá que averiguar cuanto antes quiénes son los buenos y quiénes los malos.
"Oz, un mundo de fantasía" es el regreso al cine de grandes estudios de Sam Raimi tras el batacazo de "Spiderman 3", que provocó que se reiniciara la saga sin él a los mandos y para desengrarse hizo "Arrástrame al infierno", una especie de vuelta a sus orígenes en el cine de terror en los 80, con "Posesión infernal" a la cabeza. Esta vez lo hace con una cinta colorista para todos los públicos, aunque sin caer en infantilismos cutres, un poco como hiciera Tim Burton en "Alicia en el país de las maravillas" (no en vano el compositor de la banda sonora es el inconfundible Danny Elfman).
En esta versión vemos Ciudad Esmeralda y el Camino de Baldosas Amarillas, aunque no se canta "Somewhere over the rainbow" ni hay espantapájaros ni hombre de hojalata, aunque sí tenemos brujas. James Franco es el mago de Oz, mujeriego y egoísta, que hará su viaje acompañado por un mono volador y una muñeca de porcelana parlanchina, que al final se dará cuenta de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. El propio Franco se defiende bien en un papel en que lo fácil era llegar a lo paródico y lo mismo puede decirse de Rachel Weisz y Michelle Williams (que apenas sufre en la película, lo cual es mucho viendo su filmografía más reciente), no así de una Mila Kunis algo despistada en su papel de bruja a medio camino entre la bondad y la maldad.
La película está lejos de ser una maravilla, pero es de esas que cumplen su objetivo de entretener y que pueden gustar a los pequeños sin agotar a los más mayores. Una narración ágil, unos efectos especiales bien engarzados y unos actores adecuados resultan ser la clave.
Dos películas que suponen un cierto regreso a la ingenuidad para el espectador adulto, la ingenuidad de esos años universitarios en los que todo se absorbía como una esponja y la vida adulta parecía empezar y la ingenuidad de los años infantiles, con peripecias "made in Disney" que distraían y hacían soñar con otros mundos aún por descubrir.
La segunda no pensaba ir a verla (no me va nada las pelis de fantasía) y la primera después de tu critica me apetece mucho mas que antes verla.
ResponderEliminarAunque lo tengo difícil porque se me están acumulando las pelis por ver.
A ver si encuentro un hueco antes de que la quiten de cartelera.
Un abrazo.
La de "Amor y letras" creo que aguantará poco, no es de esas pelis que llenan cines, es más de esas que se van expandiendo en el tiempo con el boca oreja. Pero por si acaso, siempre quedarán los ripeos por la red.
EliminarOtro abrazo para ti
La primera por lo que cuentas me apetece, es de las que me gustan, la segunda...de las que puedo ver un domingo por la tarde en la tele, pero no es de las que veo "a posta". Pero últimamente estoy tacaña y paso de ir al cine que desde que me estafaron con mi entrada "gratuita" estoy ofuscada XD.
ResponderEliminarUn beso.
Si es que lo barato acaba saliendo caro, que razón tiene el refrán. Aunque como dije antes, siempre queda Internet y el otro día para volver a ver una escena comprobé que ya circulan los ripeos reglamentarios de "Amor y letras".
EliminarLa de Oz es de esas que lucen más en cine por el tema del colorín y los efectos especiales, de hecho la película empieza en blanco y negro y con la pantalla cuadrada y cuando James Franco llega a Oz, la pantalla se expande y entra todo el colorido de golpe.
Un beso para ti también
Me pasó lo mismo que a ti con "Cómo conocí a vuestra madre", no sé qué temporada sería, pero cuando Barney se lía con Robin les dejé, con la diferencia de que Ted siempre fue el que menos me gustó.
ResponderEliminarNo me acaban de convencer estas pelis románticas en plan indie tipo "50 primeras citas" y si encima hace de Ted (yo creo que va a ser Ted siempre, como Matthew Perry va a ser siempre Chandler) menos aún.
La de "Oz" la veo muy rimbombante e infantil. Igual la acabo viendo, pero con poca fe.
A mí tampoco me gustó nada la decisión de liar a Barney y Robin, aunque muchos me digan que pegan por ser parecidos, precisamente por eso no pegan, era mucho más estimulante su contradicción con Ted.
EliminarYo creo que esa identificación entre personaje y actor se da muchas veces porque acaban haciendo un poco de si mismos, así que se especializan en ese único registro, aunque prefiero mil veces un Ted que un Chandler.
La de Oz está bien si sabes lo que vas a ver, es una peli familiar y eso se nota en algunos momentos. "Amor y letras" es estimable, quizá tenga también algún tópico de "estilo Sundance" que comentas, aunque no hay canciones lánguidas con guitarrita o al menos no las recuerdo.
Eres mi cartelera personal cada vez que tengo ganas de ver una película y no sé cuál exactamente.
ResponderEliminarLa primera parece ser perfecta para una tarde de domingo tranquila. Por lo tanto, me la apunto.
La segunda también me la apunto, pero para verla con alguno de los peques de la familia.
Un abrazo, Garci.
La de "Amor y letras" me da que va a ser carne de consumo doméstico, no es una película que vaya a mover a mucha gente a los cines. Eso de dos personas hablando de literatura y de cultura en general a muchos no les convencerá.
EliminarOtro abrazo para ti