miércoles, 31 de octubre de 2012

Realidad y ficción. "Ruby Sparks" y "Argo"

En mi habitual visita al cine de los fines de semana tuve la oportunidad de ver dos películas que me han demostrado que a veces saber lo menos posible sobre aquello que vas a ver es lo mas apropiado, que a fuerza de ver muchos trailers acabas conociendo hasta el menor detalle y luego el visionado pierde fuerza. Así que sin apenas saber nada de ellas fui a ver "Ruby Sparks" y "Argo".




"Ruby Sparks" cuenta la historia de Calvin (Paul Dano), un joven escritor que logró gran fama con su primera obra y que áun sigue viviendo de las rentas de todo ello, sin haber publicado y con un serio bloqueo creativo, además de que su vida personal tampoco es nada del otro jueves. Todo ello cambiará el día que empiece a escribir sobre Ruby (Zoe Kazan), una chica que aparece en sus sueños y que le inspirará a elaborar varias páginas. Lo que Calvin no se imagina es que un día Ruby se hará real y vendrá a alterar su vida.



El filme es la nueva película del tandem formado por Jonathan Dayton y Valerie Faris, que en 2006 dieron el campanazo a nivel internacional con "Pequeña Miss Sunshine", un filme de vocación modesta que enamoró a público de todo el mundo con la historia de una familia que se conoce mejor a si misma en un viaje para participar en un concurso de belleza. Ahora nos muestran la peripecia de un escritor de vida mediocre que creará en la ficción a la mujer de sus sueños sin saber que ese personaje acabará tomando vida propia, apartándose de las características con las que él la creó.

Ruby es una chica dulce, algo alocada, que viste con ropa muy colorista, que sabe cocinar muy bien y enamora a quien la trata. Es la mujer que siempre ha deseado el taciturno Calvin, que aún no ha sido capaz de superar su anterior ruptura. Cuando ella se hace real todo parece fruto de un sueño, Calvin tiene a la mujer con las características que siempre había deseado. Pero en ocasiones los sueños se pueden convertir en pesadillas y suele ocurrir que los personajes que creamos en la ficción acaban ganando personalidd propia y evolucionan hasta límites que no podíamos imaginar.



La cinta de Dayton y Faris es una interesante reflexión sobre la creación literaria y sobre las relaciones de pareja. Sobre cómo nos hacemos una determinada idea de una persona y muchas veces esa imagen va cambiando con el paso del tiempo, cómo la gente evoluciona y lo que un día es blanco puede acabar convirtiéndose en negro. Sobre cómo a pesar de que queramos poseer a la persona que amamos, formando un único ser, no podemos evitar que se nos escape de las manos o que viva su propia vida.

A todo ello ayuda el guión de la actriz Zoe Kazan (nieta del mítico director de "Esplendor en la hierba" o "La ley del silencio"), que plantea estas cuestiones en una trama desarrollada a modo de fábula y se reserva el papel de la adorable Ruby, un papel que hubiera hecho las delicias de Zooey Deschanel, al moverse en unos parámetros similares a los que transita la protagonista de "500 días juntos" y "New girl". Kazan y Paul Dano (que en "Pequeña Miss Sunshine" era el adolescente que se negaba a hablar), dan vida con convicción a una curiosa pareja, unida por las letras. La película cuenta también con la breve aparición de Annette Bening y Antonio Banderas, como la madre del escritor y su amante, una aparición que quizá es de lo más prescindible de la película, que no aporta mucho a la historia principal.



De este modo nos hallamos ante un filme que ha sido muy poco publicitado por estos lares (yo me enteré de su estreno consultando en Filmaffinity) y que a buen seguro no llevará a mucha gente al cine, pero que tiene los ingredientes para convertirse en película de culto, de esas que van ganando popularidad por el boca-oreja. Merece la pena verla.

La otra película que vi sin saber mucho de ella fue "Argo", el tercer largometraje como director del actor Ben Affleck tras las estupendas "Adiós, pequeña, adiós" y "Ciudad del ladrones", que aquí se apunta los hechos reales, narrando el rescate de seis ciudadanos estadounidenses durante el secuestro de la embajada yanqui en Irán en las revueltas de 1979, tras la llegada al poder del Ayatolá Jomeini. El propio Ben Affleck se reserva el papel de Tony Mendez, el agente de la CIA que logró sacar del país a esas personas simulando que formaban parte del equipo de rodaje de una película de ciencia ficción canadiense.




Affleck demuestra lo ya ofrecido en anteriores ocasiones, que como actor no tiene un registro muy amplio pero que como director tiene un pulso notable, que sabe cómo contar una historia para captar la atención del público y dotar a la trama de un interés que te hace pensar en el resultado final tiempo después de haberlo visto. En "Argo" coge una trama realista, la dota de una estructura de thriller con connotaciones políticas y ello no le obstaculiza para insertar algunos toques de humor, sobre todo a cargo de la parte ambientada en Hollywood, con John Goodman y Alan Arkin dando vida con garra a dos socarrones habitantes de ese mundo de la farándula. Esa mezcla de thriller con humor no chirría y queda como un guante, construyendo una cinta que sabe mantener el suspense hasta el último momento y que hace que te preguntes si lograrán los protagonistas su objetivo.



A la película le sobran algunas pinceladas sobre la vida familiar del personaje de Affleck y cierto sentimentalismo en sus últimos minutos, pero es una película que en si misma reflexiona sobre cómo la realidad supera tantas veces a la ficción, sobre cómo ésta es a veces tan increíble. Sobre cómo el hecho de hacer pasar por trabajadores de cine a un grupo de diplomáticos para sacarlos de Irán fue la idea menos mala y que antes de ello desde la propia inteligencia estadounidense incluso llegó a plantearse su huida en bicicleta para no ser interceptados por las carreteras.

El Affleck actor tiene muchas ocasiones en las que flaquea, pero el Affleck director suma ya 3 de 3 en películas de indudable interés. Yo sigo prefiriendo "Ciudad de ladrones" gracias a ese encanto que es Rebecca Hall, pero tanto "Adiós, pequeña, adiós" como ésta "Argo" son muestras bastante notables de un talento que parece estar más reservado a situarse detrás de las cámaras.



Así pues, dos películas que ponen en juego el concepto de realidad y ficción, cada una a su modo, en ambos casos sumando productos muy interesantes y recomendables.

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